La policía de Birmania ha lanzado granadas de fósforo blanco --un arma química capaz de causar quemaduras graves-- para dispersar a las decenas de personas que el pasado mes de noviembre se manifestaron en la mina de Monywa contra las expropiaciones ilegales, según un informe publicado este jueves por organizaciones humanitarias.
La ONG estadounidense Justice Trust y varios juristas birmanos han elaborado un informe de 41 páginas basado en los testimonios de manifestantes y residentes en las localidades cercanas, así como en vídeos, fotografías y el análisis científico de los restos de las granadas utilizadas.
Sus conclusiones apuntan a que en la mañana del 29 de noviembre la policía lanzó granadas de fósforo blanco por tierra y aire contra los campamentos de manifestantes instalados en los alrededores del yacimiento de cobre.
Los testigos aseguran que vieron destellos brillantes de los que comenzó a caer una sustancia en llamas y pegajosa que quemaba la ropa, la piel y la carne. Decenas de personas, entre ellos numerosos monjes, resultaron heridos.
"Es inaudito que la policía utilice munición militar incendiaria contra los manifestantes pacíficos durante una operación en la que debe aplicarse la ley", ha dicho el director de Justice Trust, Roger Normand, durante la presentación del informe, en Rangún.
Las organizaciones humanitarias también han investigado las supuestas expropiaciones ilegales y han determinado que funcionarios locales obligaron --con mentiras e intimidación-- a los dueños de los terrenos mineros a ceder la propiedad de los mismos.
Tras el suceso, el presidente birmano, Thein Sein, ordenó crear una comisión especial --encabezada por la líder opositora Aung San Suu Kyi-- para investigar las supuestas expropiaciones ilegales y la violenta represión de las protestas.
Días después, el mandato presidencial cambió, sin dar explicación alguna, limitando el objetivo de dicha investigación a la situación de la mina Monywa. Se espera que sus conclusiones se conozcan pronto, según ha informado la cadena británica BBC
El yacimiento de cobre está gestionado y explotado por militares birmanos y una empresa china. El caso ha puesto el foco de atención en la capacidad de las nuevas autoridades birmanas para abordar los problemas de la época dictatorial.
Visto en Globopedia, vía Meneame.