La investigación comenzó cuando el cuerpo policial de Estados Unidos remitió las primeras informaciones acerca de diversas personas que habrían compartido pornografía infantil a través de Internet. Tras diversas gestiones, los agentes determinaron las provincias españolas en las que se encontraban los investigados y averiguaron sus identidades. Tras ello, se realizaron las respectivas diligencias de entrada y registro de los domicilios donde se intervino una gran cantidad de material informático.
En un municipio de Segovia se detuvo a un joven de 25 años que, presuntamente, utilizaba las conexiones de Internet de los domicilios de sus familiares para realizar sus actividades ilícitas, lo que provocó que varios de ellos fueran objeto de la investigación policial sin tener relación alguna con los hechos.
En Sevilla se detuvo a un varón de 21 años y fue imputado otro de 27. El primero poseía una gran cantidad de archivos pedófilos y era entrenador de fútbol de niños de categoría alevín. El segundo de ellos cumplía condena en prisión y, por error, envió los archivos pedófilos a las personas que vigilaban su orden de alejamiento contra su ex pareja.
En Guipúzcoa fue detenido un varón de 24 años que ya había sido arrestado por delitos similares meses antes, sin que ello le impidiera continuar con sus actividades ilícitas.
En Madrid se detuvo a un joven de 25 años que, de una forma muy activa, compartía vídeos de niñas de edades comprendidas entre los diez y los doce años. Para ello contaba con diversos canales de mensajería instantánea y chats de Internet.
En Zaragoza, se detuvo a un varón de 66 años que tenía especial predilección por niñas previas a la pubertad. Según manifestó a los agentes, había comenzado a realizar este tipo de actividades a raíz de una depresión provocada por problemas de salud.
Por último, la colaboración entre Europol y las policías de Noruega y España permitió la identificación e imputación de un menor noruego de 16 años que habría cometido los delitos durante una visita a España pensando que, al residir en un país extranjero, sus hechos serían impunes.
Fuente | Policía