Han corrido ríos de tinta analizando las múltiples dimensiones de la política exterior franquista. Es difícil hacer un juicio equilibrado sobre la figura del dictador debido a que sus logros personales conviven con una enorme mediocridad intelectual. Semejante debilidad intelectual no debe llevarnos a minusvalorar su habilidad política, que no era poca y no explica su capacidad para capear la cambiante situación internacional para seguir en el poder. Pero dicha habilidad política no debe hacernos considerar al dictador un genio político como, sin duda, defienden sus hagiógrafos.Lo cierto es que los objetivos de la política exterior del régimen de Franco se pueden resumir en uno: la supervivencia del régimen en un escenario que en un primer momento se presentaba enormemente hostil.Durante la Guerra Civil y los primeros años del victorioso régimen del 18 de Julio, la cartera de exteriores estuvo en manos del Conde Gómez-Jordana y el militar Juan Luis Beigbeder, ambos declarados anglófilos, por lo que duraron hasta el derrumbe de Francia en 1940.Las evidentes simpatías fascistas y las clientelas a las que estaba sujeto el régimen por la vital ayuda prestada durante la Guerra Civil lo afianzaron pronto al Eje. A esto hay que sumar que el arquitecto del nuevo Estado salido del golpe de Estado, Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco y destacado falangista, estaba claramente por el alineamiento de España con el Eje. Motivo que inclinaron a la diplomacia española a suscribir el pacto anticomintern.
La política exterior franquista durante la II Guerra Mundial.
Publicado el 24 julio 2013 por Englishman @englandcourantHan corrido ríos de tinta analizando las múltiples dimensiones de la política exterior franquista. Es difícil hacer un juicio equilibrado sobre la figura del dictador debido a que sus logros personales conviven con una enorme mediocridad intelectual. Semejante debilidad intelectual no debe llevarnos a minusvalorar su habilidad política, que no era poca y no explica su capacidad para capear la cambiante situación internacional para seguir en el poder. Pero dicha habilidad política no debe hacernos considerar al dictador un genio político como, sin duda, defienden sus hagiógrafos.Lo cierto es que los objetivos de la política exterior del régimen de Franco se pueden resumir en uno: la supervivencia del régimen en un escenario que en un primer momento se presentaba enormemente hostil.Durante la Guerra Civil y los primeros años del victorioso régimen del 18 de Julio, la cartera de exteriores estuvo en manos del Conde Gómez-Jordana y el militar Juan Luis Beigbeder, ambos declarados anglófilos, por lo que duraron hasta el derrumbe de Francia en 1940.Las evidentes simpatías fascistas y las clientelas a las que estaba sujeto el régimen por la vital ayuda prestada durante la Guerra Civil lo afianzaron pronto al Eje. A esto hay que sumar que el arquitecto del nuevo Estado salido del golpe de Estado, Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco y destacado falangista, estaba claramente por el alineamiento de España con el Eje. Motivo que inclinaron a la diplomacia española a suscribir el pacto anticomintern.