Cuando hablamos de mejorar la calidad de las ciudades rápidamente nos viene a la mente cómo reducir impacto que producen el tráfico rodado en nuestras vidas y en nuestras ciudades. Está comprobado y se ha explicado muchas veces que el uso intensivo del coche tiene un efecto sobre el cambio climático o directamente sobre nuestra salud. Esto unido a que cada vez las urbes son más grandes y muchas personas recorren largas distancias en su día a día, hace que cada vez exista una mayor conciencia sobre cómo las políticas municipales deben dirigirse a impulsar una movilidad urbana sostenible. Tal es así que son muchas las grandes metrópolis que están tomando cartas en el asunto para garantizar un futuro más sostenible. Y esa importancia también queda reflejada en la Nueva Agenda Urbana de la ONU.
Pero, ¿son los coches y la contaminación el único problema de nuestras ciudades? Está claro que la contaminación -tanto acústica como la del aire- y los problemas de convivencia con los vehículos motorizados están ahí, pero si queremos mejorar la movilidad de nuestras ciudades tenemos que ir más allá. Y no faltan propuestas para ello. Por ejemplo, con la herramienta de Calles Completas proponemos que el espacio público se reparta de forma proporcional con la ciudadanía, de manera que nadie se sienta expulsado de esas vías urbanas. Decimos ‘expulsados’ porque muchas calles son concebidas como negativas si eres un niño o una persona mayor, te desplazas en silla de ruedas o te mueves en bicicleta, por ejemplo. Y decimos repartir el espacio porque no es justo que el coche transporte al 40% de los viajeros y ocupe el 70% del espacio.
Además, si tenemos en cuenta el espacio público que ocupan los vehículos que permanecen la mayor parte de su tiempo en el aparcamiento sin ser usados, el ahorro espacial que suponen los transportes colectivos o cómo una acera agradable puede fomentar los desplazamientos a pie, todo ello nos da más que argumentos para promover las Calles Completas, una propuesta de Paisaje Transversal y Hécate Ingeniería que reivindica una ciudad más silenciosa y limpia, con espacios para recorrer, conocerse o jugar. ¿Quién no querría eso para su ciudad?
Pero este no es el único mecanismo posible: el objetivo de recuperar el espacio público para la mayoría de la población también está presente en otros proyectos, como las Superilles en Barcelona. Así, las ‘supermanzanas’ buscan devolver a los vecinos lugares para su día a día, para hacer vida social, no solo regulando la presencia de vehículos motorizados –que son expulsados del interior dejando solo entrar a coches para personas con baja movilidad o servicios de emergencia- , sino también dotando de usos y vida a los no-espacios que pudiera haber. Esto se ve muy claramente en la implementación de las Superilles de los barrios de Horta y Sant Antoni en Barcelona, proceso del cual forma parte actualmente Paisaje Transversal.
Se trata de propuestas que buscan –siguiendo el organigrama de los indicadores de sostenibilidad urbana- una mejor ocupación del suelo, de lograr más espacios verdes y fomentar la biodiversidad, la cohesión social, la habitabilidad y, con la movilidad, mejorar el uso de los espacios. ¿Acaso no trataba de eso la Nueva Agenda Urbana de la ONU que mencionábamos al principio? Si tenemos las ideas y contamos con éxitos y fracasos, sería el momento de cambiar realmente de escenario en la movilidad urbana sostenible.
Post-car city, ¿realidad o ficción?
En estos y otros intentos de cambiar la hegemonía del coche por encima de habitantes y otras formas de movilidad en la ciudad, surge en concepto 'post-car city'. Dibuja un futuro idílico modificado de prioridades, de ordenación de las vías y de funcionamiento del día a día en las ciudades. Pero más a allá de acuñar el término, ¿se trata realmente de un nuevo escenario en la movilidad de las ciudades? ¿Acaso corremos el riesgo de que se convierta en una máscara bajo la que se escondan las verdaderas razones de los problemas de contaminación en los núcleos urbanos?
Es algo que nos hemos preguntado en múltiples ocasiones y que con motivo de la celebración del Urban Thinkers Campus en Barcelona -los días 25, 26 y 27 de octubre- volvemos a traer este debate a nuestras páginas. Este simposio urbano que lleva por título En transición hacia ciudades más vivibles. The post-car city, ofrece un marco inmejorable para debatir y promover nuevos escenarios para la movilidad urbana.
Y ante semejante opotunidad nos parece importante lanzar algunas preguntas clave que puedan guiar la reflexión: ¿realmente hay interés y voluntad en hacer cambios en la movilidad en las ciudades? Han sido muchas las grandes cumbres que han abordado los peligros de continuar con el crecimiento desaforado y sin control de la ciudades o aquellos derivados de la preponderancia del coche; pero... ¿Han servido de algo esos eventos? ¿Promueven cambios reales? Una pregunta que se repite con cada nueva cumbre la ONU Hábitat. También en la última que tuvo lugar en Quito el año pasado cuando se dio luz verde a la Nueva Agenda Urbana, el documento que servirá de guía para el desarrollo sostenible de las ciudades durante los próximos 20 años.
Una nueva firma de documentos que, sin embargo, lograba recuperar la esperanza hasta en los más pesimistas. Esto se debe, en parte, al volumen de personas que cada vez se preocupan más por el tema y que se demostró también en las actividades paralelas a Habitat III en Ecuador. Además, como explicaba nuestro colaborador Pedro Bravo, la Nueva Agenda Urbana “es el típico documento reversible que los de arriba pueden considerar tan bonito como inofensivo pero que los de abajo pueden en algún momento aprovechar como punto de apoyo para tratar de impulsar cambios ahora que están más o menos escritos”. Otro matiz a tener en cuenta.
Y precisamente por eso, para que los acuerdos de Quito no queden en papel mojado y puedan generar cambios reales en nuestras urbes, desde ONU Habitat se están llevando a cabo diferentes iniciativas como la que nos ocupa para desarrollar los principales puntos de la comentada Agenda.
Por eso, es interesante asistir a las actividades como la que tendrá lugar en Barcelona. En ella, durante dos jornadas y media, la Agencia de las Naciones Unidas para la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible tiene como objetivo discutir los problemas y soluciones con paneles de expertos, conocer y difundir experiencias a este respecto y consensuar una hoja de ruta.
Paisaje Transversal contamos con el honor de haber sido invitados a participar en diferentes sesiones del Urban Thinkers Campus –concretamente el día 25 en el espacio ‘Recuperando espacios para la comunidad’ y al día siguiente, 26, en la mesa titulada "Cambios de paradigma. Nuevos escenarios' donde además será conductor-. Y durante el evento trataremos de responder a algunas de la preguntas que indicábamos en este artículo junto a destacables profesionales vinculados a la movilidad urbana sostenible. Así a través de diferentes sesiones de trabajo trazaremos conjuntamente una hoja de ruta que permita una transición urbana hacia escenarios más vivibles. De este modo, las conclusiones obtenidas se presentarán el día 27 en una sesión plenaria.
Podéis consultar el resto de la programación y los participantes en la web de la organización.
También os animamos a conocer más sobre los proyectos Superilles aquí y ampliar información en nuestro blog sobre el proyecto ‘Calles Completas’.
Créditos de imágenes:
Imagen 01: Uno de los atascos más grandes de la historia, en Pekín. Duró 12 días. (FuenteWikimedia Commons). Imagen 02: Proyecto de ‘Complete Street’ en Vancouver (Fuente: Paul Krueger/ flickr) Imagen 03: Superilla Poble Nou en Barcelona (Fuente: Paisaje Transversal) Imagen 04: Cabecera del encuentro Urban Thinkers Campus en Barcelona (fuente: ONU Habitat).