La pre-Navidad.

Por Marperez @Mari__Soles

El pasado 28 de noviembre celebramos la séptima edición de " La Noche en Blanco" en La Laguna, con la que se daba la bienvenida a la campaña comercial de Navidad. Como cada año, desde media mañana hasta la madrugada del día siguiente, las calles se llenaron de actividades para todos los gustos y edades: desde escenarios en los que se celebraban conciertos, hasta grupos de teatro representando obras a pie de calle, pasando por deportes, juegos, exposiciones, etc. Todo, para animar las ventas de los comercios laguneros en estas fechas tan especiales. Parece que se consiguió: esta edición fue todo un éxito, ya que logró récords tanto de asistencia como de ventas.

En la capital de la isla y de la provincia, Santa Cruz, también sentimos esa invitación a recordar que por estas fechas tenemos un compromiso con los comercios: hay que "ver escaparates", "ir de tiendas", "comprar regalos" y no olvidarse de nadie que esté esperando "un detallito" por nuestra parte (y sentir ese balón de ansiedad creciendo en nuestra garganta y en nuestro estómago mientras pensamos: "tengo que encontrar un trabajo o ganarme la Lotería, ¡YA!").

Todo muy bonito. A pesar de los pesares, todavía podemos encontrar algo que nos transporte mentalmente a un estado de ilusión en el que el pensamiento mágico, las buenas intenciones, la fe y la alegría de seguir viviendo vuelven a brillar, aunque sea durante un instante, cuando imaginas lo que deben estar viviendo las personitas más jovencitas de cada casa.

Y, entonces, llega un sobre a mi buzón. Un sobre blanco, abultado, a mi nombre. Lo abro y tengo que buscar un asiento para poder ver su contenido. No recuerdo cuándo fue la última vez que me emocioné tanto al recibir algo por correo postal ordinario. Son las postales de Navidad que había encargado a Aldeas Infantiles: un paquete de 11 postales, por 11 € (que, por cierto, aún no han cargado en mi cuenta), que encargué para compartir la última ayuda que recibí con esos niños y niñas que no podrán estar esta Navidad con sus familias. (¡Ojalá encuentre pronto un trabajo para poder seguir colaborando con ellos!).

Esto me recordó las palabras que pronunció el Papa Francisco el pasado día 20 de noviembre: "Está llegando la Navidad y todo se llenará de luces, árboles y belenes. Pero todo será falso porque el mundo continuará haciendo guerras. Todo esto es una farsa. El mundo no ha comprendido el camino de la paz. El mundo entero está en guerra". ¿Y cuándo no? (pregunto yo). ¿Cuándo, en estos dos milenios, hemos visto una Navidad auténtica, en la que no hubiera guerra, pobreza, hambre, injusticia, desigualdad, abusos, sufrimiento, maldad en este mundo? Nunca. Y precisamente por eso es por lo que debemos seguir recordando su significado: la buena nueva, que nos recuerda que de hombres y mujeres normales y corrientes, cuando colaboran y resisten a las injusticias y persecuciones, nacen nuevas formas de ver y entender la vida. Que si logramos que nuestras diferencias, en lugar de separarnos, nos ayuden a aceptar y a colaborar, avanzaremos y toda la magia y el saber del universo vendrá a nuestro encuentro. Ese es el auténtico significado del Nacimiento para mí: la esperanza de que, a pesar de todo, siempre seguirán naciendo personas con la suficiente claridad como para seguir alumbrando el camino a otras, como, por ejemplo, las que están detrás de Aldeas Infantiles trabajando día a día por la infancia más desfavorecida, o las que idearon estas iniciativas navideñas (como tantas otras a lo largo del año) con las que podemos colaborar aunque no tengamos ni un céntimo:

  • Listado de puntos de recogida de donaciones (libros, juguetes, ropa, etc.), publicado por Hacesfalta.org.
  • Campaña "Regala tus palabras" a presos y presas de conciencia, organizada por Aministía Internacional.

La Navidad es dar lo mejor de cada uno y de cada una, en todos los aspectos. Y, como tantas otras fechas importantes, que se celebre una vez al año no significa que el resto del año deba olvidarse y, como se ve, ni siquiera el dinero es necesario para poder tener "un detalle" con quien más necesita recibirlo. No lo olvidemos cuando estemos paseando bajo las luces, seamos o no cristianos o cristianas, antes de juzgar.