La prepotencia del islam ii.

Publicado el 18 septiembre 2016 por Torrens

A los pocos días de mi anterior nota se ha producido un enorme ejemplo de la prepotencia que no solo impide que los musulmanes se integren en la sociedad europea sino que aviva el desprecio de la ciudadanía hacia ellos hasta el extremo que incluso los europeos más bien intencionados y dispuestos a ayudarles acaben calificados como islamófobos, título que con tanta facilidad otorgan los colaboradores del terrorismo islámico.

Según informa La Vanguardia en la página 4 de la sección Vivir del sábado 17, y detalles adicionales que localicé en internet, un grupo de vecinos de Mataró no ligados a organización religiosa o política alguna, organiza una o dos veces al año una paella popular para unas 300 personas, pero para disponer de las mesas y sillas que cede el ayuntamiento la solicitud debe hacerse desde una entidad inscrita en el registro municipal, razón por la cual en cada paella piden el apoyo de alguna asociación de vecinos, y como este año lo iban a celebrar en un descampado cuyo barrio más cercano es el de Rocafonda, el barrio con más población musulmana,  lo solicitaron a su asociación de vecinos a pesar de algunas reticencias por el hecho de la poca integración de los residentes del barrio con el resto de la ciudad, y precisamente por esa razón se lo pidieron, para animarles a integrarse más en la ciudad.

A pesar que la propuesta fue hecha desde la cordialidad y con la intención de ayudar a la integración del barrio en la ciudad, la cordialidad se trucó en inmenso cabreo cuando recibieron la respuesta por carta.

Para simplemente firmar la solicitud al ayuntamiento la asociación exigía lo siguiente:

1.- El arroz no debe contener en absoluto ni rastro de cerdo o sus derivados.

2.- El arroz no podía contener alcohol ni se podía consumir alcohol en la comida.

3.- Dos personas de la asociación asistirían a la comida para asegurarse que no se producía ningún conflicto con la Ley Coránica.

4.- De producirse beneficio alguno (la comida cuesta 3 Euros) se destinarían a actos de la asociación y no se podía efectuar pago alguno, ni por compras, a cualquier entidad de tipo religioso (se entiende no musulmana). Aclaraban también que debía quedar claro y por escrito que en caso de pérdidas ellos no tenían la más mínima responsabilidad.

Los organizadores ya tienen la firma de otra asociación de vecinos que no ha puesto condición alguna. La reacción del vecindario de toda la ciudad ha sido de suma indignación aunque los organizadores han hecho uso de un cierto sentido del humor organizando la “Peña del Cerdo” que si llega a constituirse ya tiene miles de vecinos interesados en ingresar.

Como no podía ser de otra forma para los miembros de la asociación, apoyados por los colaboradores de izquierdas del Islam radical de siempre, lo ocurrido es consecuencia de la islamofóbia, el racismo y la falta de respeto de los ciudadanos de Mataró.

Un portavoz de la asociación, Marc Jiménez, aseguró que la paella popular es una provocación organizada por un grupo de vecinos que nunca “ha querido colaborar con la entidad”. En el barrio “existen muchas sensibilidades que debemos respetar en todas nuestras acciones” y “promover há­bitos saludables”, y esto de respetar distintas sensibilidades lo dice el portavoz de unos tipos que querían mandar dos vigilantes para asegurarse de que solo se respetaba su sensibilidad. El vicepresidente de la entidad no entiende que su petición sea una imposición, “sino una serie de consejos para garantizar la paz social”. Es decir, si no se siguen esos consejos se romperá la paz social, como ya ha ocurrido varias veces en Rocafonda. No puede afirmarse que sean muy cuidadosos a la hora de amenazar.

En mi opinión lo peor de estos casos es que haya europeos que los defiendan e insulten a los ciudadanos afectados solo por el mero hecho de quejarse.

Para mi es absolutamente inexplicable que con el terrorismo, la prepotencia y la catarata de problemas que causan, todavía haya un porcentaje creo que elevado de la población de Europa que no se han enterado de la elevada peligrosidad del Islam, de su total incapacidad para mezclarse con otras culturas, ideologías y religiones y que si no optamos por el más estrecho control estamos cometiendo un suicidio absurdo.

¿A alguien se le ocurre otra forma de solucionar los muchos problemas que crea el Islam en Europa que controlarlos de muy cerca y con mucha intensidad, evitar de alguna forma la formación de barrios dominados por el Islam y si no quieren integrarse obligarles a que al menos respeten las leyes, normas y costumbres europeas?, porque me temo que lo siguiente ya es mandarlos de vuelta a su casa.

Las izquierdas colaboradoras del terrorismo islámico no saben darse cuenta de que lo que he llamado prepotencia islámica en estas dos notas va rápidamente en aumento día a día y que va a seguir aumentado a medida que se sientan más y más seguros hasta que sean ellos los que manden y nosotros tengamos que obedecer como infieles obligados a cumplir la Sharía.