Cuestiones como la inestabilidad en los puestos de trabajo propician síntomas como irritabilidad, impotencia, aburrimiento y ansiedad entre los empleados, en especial en personas jóvenes y mayores de 45 años, que generalmente forman parte de los grupos de alto riesgo de desempleo, revela un estudio en México de la Universidad Anáhuac del Norte.
Sentirse sin ánimo de ir al trabajo o para levantarse, llorar en el transcurso del día sin que otros se percaten, pérdida del interés en su profesión; desconcentración e irritabilidad, son algunos síntomas que los psicólogos consideran, revelan la posibilidad de que la persona esté por desarrollar el síndrome del burnout o de desgaste profesional.
Podría pensarse que estos son síntomas normales de cualquier profesión, pero si no se les pone remedio se convierten en grandes problemas; desde vivir con dolores de espalda y gastritis, hasta insomnio, resistirse a hacer el trabajo, aislamiento personal y depresión.
¿Empieza cómo?
El síndrome de burnout se ha acelerado porque las compañías, ante las presiones laborales y económicas, se han “cargado” más al lado de resultados bajo presión, que por tener una atmósfera laboral que funcione como respaldo de los trabajadores y en donde vean la oportunidad de crecer en lo profesional y tener cierto equilibrio en su vida personal.
Otras situaciones que influyen es tener un modelo laboral muy autoritario, donde no se puede intervenir en las decisiones; los turnos laborales (el trabajo nocturno podría favorecer su aparición); y hasta la antigüedad profesional. Se piensa que en los dos primeros años de carrera y después de los 10, es más común este problema, indica el estudio de la Universidad Anáhuac.
Además, añade la investigación, el síndrome tiende a ser más frecuente en la mujer, por la diversidad de tareas que debe cumplir (profesional y familiar). Incluso, el estado familiar influye, la existencia de hijos hace que estas personas puedan ser más resistentes al síndrome, debido a la tendencia en los padres a ser personas más maduras y estables. El apoyo de pareja o familia, en general, también ayuda a contrarrestar este síndrome.
Algunos psicólogos indican que, debido a que es un problema que empieza por lo emocional, las recomendaciones para evitarlo o controlarlo, es empezar por cuestiones muy básicas, como tratar de tener breves espacios durante toda la jornada laboral, como respetar los horarios de comida, tener una buena relación con los compañeros de trabajo y tomar algún entrenamiento para buscar ser más asertivo en temas de trabajo.
Fuente: cnnexpansion.com
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