Ya sé que nos gustaría que la presión fuera más eficaz, y que nuestros políticos hicieran más caso. Sé que queda casi todo el camino por andar. Pero sé también que hay que moverse, que hay que luchar. Porque si no, no se conseguiría nada de nada.
Y esto viene a que, gracias a la presión social, se han dado tres primeros pasos importantes. No es que se haya cambiado el mundo, pero sí que se abre una puerta.
Así, hace una semana Floriano defendía sin convicción y equivocadamente que no se podía despedir a Sepúlveda. Hace tres días, vista la presión popular y mediática no han tenido problema en despacharlo, reconociendo que era un error mantenerlo trabajando.
Ayer, en el último momento, dicen que minutos antes de presentar la ILP sobre los desahucios, el PP seguía en las suyas e iba a tirar por la borda más de 1,4 millones de firmas que quieren la dación en pago y la solución a una vivienda digna. Pero, al final, los peperos no han podido aguantar la presión y a pesar de que habían anunciado lo contrario, han votado sí a la admisión a trámite de esta ILP. Un triunfo de los ciudadanos, que han conseguido, con sus movilizaciones y protestas (muy bien conducidas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) , y por qué no decirlo con su vida –hoy, se han suicidado tres personas que iban a ser desahuciadas, y ya van unas cuantas—, que se discuta al menos esta iniciativa.
¡Ojo!, sólo se ha dado el primer paso. Ahora veremos cómo actúan los populares, cuando se discuta en el parlamento. Porque ellos, así lo vienen demostrando, están más cerca de los bancos y los banqueros, que de los desahuciados y de los ciudadanos da a pié. La presión social tiene que seguir para intentar arrancar la dación en pago y los realojos sociales.
Hoy, también fruto de la presión popular y del rechazo que ha causado en todos los estamentos implicados, el ministro Gallardón, después de escuchar a la defensora del pueblo que ha recibido múltiples quejas, ha anunciado que va a corregir el “tasazo judicial”. No ha dicho cómo, pero conociendo la prepotencia y soberbia del ministro podemos decir que haber dado marcha atrás –ya veremos en qué medida—, es un triunfo de los ciudadanos.
Ojalá que éste sea el comienzo de una nueva etapa. Pero no hay que bajar la guardia. Vamos a esperar a que se discuta la iniciativa de los desahucios en el congreso y ver cuál es la posición del Partido Popular. Así como también debemos esperar a ver de qué forma quiere el ministro de Justicia corregir el tristemente llamado tasazo.
Nuestra herida democracia ha recibido hoy un pequeño paliativo. Sólo eso, el mal existe y hay que cambiarlo. No es posible que un parlamento deba decidir sobre la admisión a trámite de una ILP. El hecho de que una Iniciativa Legislativa Popular cuente con, como mínimo, 500.000 firmas, debe ser suficiente para que se discuta en el parlamento sin obstaculizar su trámite (por cierto, esta contra los desahucios contaba con casi un millón y medio de firmas).
Ya está bien, hay que poner resortes para que iniciativas populares puedan llegar al Congreso, para que haya una participación ciudadana real y no se limite a votar cada cuatro años. Sin participación no hay democracia.
El Partido Popular no cree en la participación ciudadana. Sólo cree en el poder desde las instituciones, cuando éstas están gobernadas por ellos. Esto tiene que cambiar, no podemos estar en mano de gente que pretende limitar el ejercicio de la democracia a tener un derecho a voto, cada cuatro años. Mientras tanto, la presión social se hace imprescindible.
Salud y República