Al carro de la honradez del presidente valenciano, y de la bula moral y penal que otorgan los votos, se suma Ana Mato, quien, según informes policiales, obtuvo 28.000 euros en regalos de la misma trama que sentará a su compañero en el banquillo. Apela incluso a la "presunción de inocencia", la misma que no concede a Rubalcaba y a Camacho a la hora de pedir sus respectivas dimisiones como candidato y ministro de Interior por el caso Faisán, cuando ninguno de los dos está ni siquiera imputado.
Me pregunto si un partido que ha gobernado y aspira a hacerlo de nuevo considera que todas estas actitudes y declaraciones son sinónimo de respeto por las instituciones democráticas y por los ciudadanos. Lo de la coherencia, a la vista de los hechos, ni me lo planteo.