Hubo una vida, mi amiga, mi compañera, la hubo grande y sincera, manaba cielos rasos y mantos nocturnos de madreselvas. Hubo una vez en los alcázares que abrazaron mis muros una vida plena de vientos fieros y tiernas perlas...La hubo que prometía, la hubo que atracaba mi corazón a mano armada sin rejas; cruel, maleducada, de sonrisa hermosa y caricia del mismo dulce de la ambrosía perfecta..Pretérita pertenencia que, acabada, sólo dejó su recuerdo tallado en las circunvoluciones de mi mente trastornada y lenta.
Y aún el ayer regala a mis ojos su legado, aún he de proteger mi sonrisa de sus voluptuosas manos, prenda adorada de la vida que la devora poco a poco y a frías dentelladas.
Cubro mis reflejos que parecen vida, escondo mis te quieros, que parecen sangre, no vea el espanto que existo y me robe, no sea que yo misma espante.