"La prima Holman me dio el semanario del condado para que lo leyera en voz alta mientras ella zurcía la medias amontonadas en una cesta con la ayuda de su hija. Leí sin parar, sin prestar atención a mis palabras, pensando en otras cosas: en el brillo del pelo de Phillis mientras el sol del atardecer iluminaba su cabeza inclinada; en el silencio de la casa, que me permitía oír el tictac del viejo reloj en mitad de la escalera; en la variedad de sonidos inarticulados que profería la prima Holman para mostrar su compasión, asombro u horror ante las noticias que yo les leía. La apacible monotonía del instante hacía que me sintiera como si siempre hubiera vivido y siempre fuera a vivir leyendo cadenciosos párrafos a mis dos silenciosas oyentes en aquella estancia caldeada por el sol, mientras el gatito dormía hecho un ovillo sobre la alfombrilla de la chimenea y el reloj de la escalera marcaba incesantemente el paso de las horas."
Hija de un pastor de la Iglesia Unitaria Elizabeth Cleghorn Stevenson (1810-1865) nació en Londres pero tras la muerte de su madre fue criada por una tía en el pequeño pueblo de Knutsford. Su boda en 1832 con William Gaskell, también ministro de la Iglesia Unitaria, la llevará junto con su marido a Manchester, un lugar en aquellos momentos superpoblado y conflictivo, con numerosas revueltas sociales como consecuencia de la incipiente e irrefrenable Revolución Industrial. En esa ciudad Gaskell desarrollaría constantes labores de caridad, propias de la esposa de un pastor. Su labor literaria la comenzará a edad un tanto tardía, tras el fallecimiento de su único hijo en 1845. He de reconocer que mi primera lectura de esta autora no fue ninguna de sus populares novelas sino la estupenda biografía que escribió de la admirada Charlotte Brontë y que sigue siendo obra de referencia hoy en día. La prima Phillis (Cousin Phillis) es una de sus obras de madurez; fue publicada inicialmente por entregas en la Cornhill Magazine entre noviembre de 1863 y febrero de 1864, un año antes del fallecimiento de la gran autora victoriana. Cuatro capítulos configuran esta novella, en la que el pueblecito de Heathbridge podría considerarse de nuevo una evocación de su estancia en Knutsford, como lo fue en su momento Cranford, evocación de un trozo de mundo aún no intoxicado por el nuevo modo de vida y la nueva mentalidad que inevitablemente genera el avance de la Revolución Industrial. Paul Manning, joven de diecisiete años al comienzo del relato, es el narrador de esta tranquila y conmovedora historia contada en retrospectiva. Manning, de Birmigham, llega a Eltham, capital del condado, para ponerse a trabajar en el puesto que su padre le ha encontrado como ayudante del ingeniero jefe encargado de la construcción del ramal del ferrocarril que ha de atravesar esta campiña, aún virgen y salpicada de pequeños pueblos. El ferrocarril, monstruo vertebrador, va abriéndose camino por todo el país.