Hoy quería compartir con vosotros una acción que de una manera minuciosa, artesanal y casi “preciosista” plantea nuevas formas de creatividad. ¿Y si los botellines de cerveza además de saborearse, acariciarse o disfrutarse, pudiesen ser un vinilo de coleccionista con melodía propia?
En esa creatividad arrebatadora, en estado puro, reside la diferencia que cautiva al consumidor. Conmigo ya lo han hecho estos chicos de Beck’s y su edición especial dedicada a Edison. Personalidad, talento y mucha muchísima sensibilidad. Disfrutadlo.