La princesa breve, María Manuela de Portugal (1527-1545)

Por Sandra @sandraferrerv
María Manuela de Portugal escribió una página muy corta de la historia de España. Primera esposa del entonces príncipe Felipe de Habsburgo, quien pocos años después de su muerte se convertiría en Felipe II, su matrimonio duró tan sólo dos años. Con dieciocho años, María Manuela fallecería tras dar a luz al problemático príncipe Don Carlos. Había cumplido con el deber para el que estaba llamada a casarse con un heredero tan poderoso como el de la casa de Austria. Pero pagó un alto precio y el hijo que dejó a Felipe no llegó a reinar teniendo una turbulenta existencia que puso en jaque en más de una ocasión a su padre. 
María Manuela de Portugal nació en Coimbra el 15 de octubre de 1527. La princesa de la casa de Avis era hija del rey portugués Juan III y su esposa, Catalina de Austria. Juan era hijo de Manuel I, llamado El Afortunado, y María, hija de los Reyes Católicos y, por tanto, hermana de la emperatriz Isabel, madre de Felipe. Catalina por su parte, era la hija póstuma de Juana la Loca y Felipe el Hermoso y la hermana más pequeña del emperador Carlos V. Así, la que se convertiría en la primera esposa del futuro Felipe II, era su prima con un parentesco muy estrecho por varias ramas familiares.  María Manuela tuvo una infancia tranquila en la corte de los Avis donde recibió una buena educación digna de una princesa supervisada siempre por su madre. Catalina quería preparar a su hija para convertirse en una buena candidata para un buen matrimonio, algo que conseguiría gracias a la destacada influencia que ejerció sobre su esposo. La princesa portuguesa tenía apenas quince años cuando se empezó a pensar en un buen casamiento. El entonces príncipe Felipe, quien tenía la misma edad que María Manuela, estaba siendo instruido por su padre, Carlos V para ejercer su regencia en los territorios españoles debido a sus constantes ausencias. El emperador también aconsejó entonces a su hijo que era importante empezar a pensar en un matrimonio que afianzara la dinastía de los Austria a la vez que supusiera una alianza beneficiosa para el imperio. Tras descartar varias opciones llegadas de Inglaterra y Francia, Felipe pidió a su padre poder casarse con su prima María Manuela. En Portugal existían razones en contra, como la profunda crisis económica por la que pasaba que limitaría la dote de la princesa o la estrecha consanguinidad de los futuros esposos.  Después de distintas negociaciones y con la influencia destacada de la reina Catalina y la emperatriz Isabel, el 1 de diciembre de 1542 Portugal establecía las capitulaciones matrimoniales entre las que se incluía un segundo casamiento, el de la infanta Juana, hermana de Felipe y el príncipe Juan, heredero de la corona portuguesa.  Tras solventar el último escollo, conseguir la dispensa papal por parentesco, la boda se celebró el 13 de noviembre de 1543 en Salamanca.  La pareja, que congenió desde el primer momento, se instaló en la casa natal de Felipe en Valladolid. Dos años después, María Manuela descubría feliz que se encontraba embarazada de su primer hijo. Pero la felicidad terminó cuatro días después de dar a luz al príncipe heredero, don Carlos. El 12 de julio de 1545 la primera esposa de Felipe II fallecía sin haber llegado a ser reina. Su hijo tampoco sería rey, pues fallecería en extrañas circunstancias a los veintitrés años tras una vida tortuosa. El príncipe Felipe quedaba desolado pero debería reponerse para volver a buscar esposa.  María Manuela de Portugal fue enterrada en el Real Monasterio de El Escorial, en el Panteón de Infantes.