Mañana mi princesa, cumplirá su primer añito, me da la sensación que el tiempo ha pasado muy deprisa, pero la verdad es que no ha sido fácil, empezando por el embarazo. Mi padre falleció cuando estaba embarazada de 5 meses y me imagino que la niña notó la tristeza de su madre. Después me diagnosticaron una diabetes gestacional (la verdad que lo peor que he llevado en lo embarazos ha sido la prueba de la glucosa o test de O'sullivan, sólo de pensarlo me pongo mala). Como no conseguían controlarme el azúcar con dieta no quedó más remedio que inyectarme insulina por la mañana y por la noche, me sentía como un muñeco de Vudú, me tenía que mirar el azúcar seis veces al día y sumar los dos pinchazos de la insulina. Tengo que confesar que me ha servido para entender un poco más a mi madre que es diabética y ver que las subidas o bajadas de azúcar influyen mucho en el estado de ánimo. El parto fue como los dos anteriores, cesárea programada, y desde el minuto uno se vio que era una niña muy espabilada, al segundo cogió el pecho, todo un alivio para mi, con sus hermanos tuve que usar el sacaleches. Pero lo que tenía de espabilada lo tenía de llorona, se paso casi cinco meses llorando y llorando...y el día a día seguía en casa, tenía que atender a mis dos príncipes. Me decían que eran cólicos, es lo que te suelen decir cuando no saben muy bien lo que tienen, claro que yo le contaba al pediatra que se pasaba el día llorando y la princesita se pasaba toda la consulta sonriendo y soltando ajos...siempre la enfermera me preguntaba lo mismo, ¿Eres primeriza no? Y yo contestaba (con cara de no, no estoy loca, la niña llora y mucho..) No, es la tercera... Cuando sea mayor toda la familia recordará su primera Navidad, no paró de llorar en Noche-Buena y Noche Vieja. En casa recuerdo que a veces tenía que contar hasta tres o irme a otra habitación porque me ponía muy muy nerviosa. Me asustaba de mi misma. La verdad es que recuerdo los primeros cuatro meses de vida de mi hija muy duros. Sus hermanos la llamaban " La Cansina". Ya no recuerdo si fue gradual o fue de un día para otro, dejó de llorar, y fue como una liberación para todos en casa. Es una niña muy despierta, curiosa y me dicen en la guardería que muy cabezona. Come y duerme muy bien. Yo a veces la llamo Feliciana. Sus hermanos la quieren mucho (a veces demasiado). Cada día amplía su repertorio, y nos muestra cada día algo nuevo, Papapapa, Mamamama, algo parecido a hola. Su juego favorito es Cucu tastas, y yo tiro y vosotros recogéis. Dentro de poco comenzará a dar sus primeros pasos, no tengo prisa la verdad, se mueve muy rápido gateando. Para mí el mejor momento del día es cuando voy a recoger a mi princesita a la guardería y me recibe con una amplia sonrisa y viene gateando a toda velocidad, la abrazo fuerte y la preguntó que tal el día...y me contesta con una sonrisa He tenido que pararme a pensar para escribir este post, y mirar en mis recuerdos y tengo que reconocer que algunas cosas ya se me habían olvidado sobre todo las malas y es que en esta vida es mejor quedarse con lo bueno, que para lo malo están los informativos.
Mañana mi princesa, cumplirá su primer añito, me da la sensación que el tiempo ha pasado muy deprisa, pero la verdad es que no ha sido fácil, empezando por el embarazo. Mi padre falleció cuando estaba embarazada de 5 meses y me imagino que la niña notó la tristeza de su madre. Después me diagnosticaron una diabetes gestacional (la verdad que lo peor que he llevado en lo embarazos ha sido la prueba de la glucosa o test de O'sullivan, sólo de pensarlo me pongo mala). Como no conseguían controlarme el azúcar con dieta no quedó más remedio que inyectarme insulina por la mañana y por la noche, me sentía como un muñeco de Vudú, me tenía que mirar el azúcar seis veces al día y sumar los dos pinchazos de la insulina. Tengo que confesar que me ha servido para entender un poco más a mi madre que es diabética y ver que las subidas o bajadas de azúcar influyen mucho en el estado de ánimo. El parto fue como los dos anteriores, cesárea programada, y desde el minuto uno se vio que era una niña muy espabilada, al segundo cogió el pecho, todo un alivio para mi, con sus hermanos tuve que usar el sacaleches. Pero lo que tenía de espabilada lo tenía de llorona, se paso casi cinco meses llorando y llorando...y el día a día seguía en casa, tenía que atender a mis dos príncipes. Me decían que eran cólicos, es lo que te suelen decir cuando no saben muy bien lo que tienen, claro que yo le contaba al pediatra que se pasaba el día llorando y la princesita se pasaba toda la consulta sonriendo y soltando ajos...siempre la enfermera me preguntaba lo mismo, ¿Eres primeriza no? Y yo contestaba (con cara de no, no estoy loca, la niña llora y mucho..) No, es la tercera... Cuando sea mayor toda la familia recordará su primera Navidad, no paró de llorar en Noche-Buena y Noche Vieja. En casa recuerdo que a veces tenía que contar hasta tres o irme a otra habitación porque me ponía muy muy nerviosa. Me asustaba de mi misma. La verdad es que recuerdo los primeros cuatro meses de vida de mi hija muy duros. Sus hermanos la llamaban " La Cansina". Ya no recuerdo si fue gradual o fue de un día para otro, dejó de llorar, y fue como una liberación para todos en casa. Es una niña muy despierta, curiosa y me dicen en la guardería que muy cabezona. Come y duerme muy bien. Yo a veces la llamo Feliciana. Sus hermanos la quieren mucho (a veces demasiado). Cada día amplía su repertorio, y nos muestra cada día algo nuevo, Papapapa, Mamamama, algo parecido a hola. Su juego favorito es Cucu tastas, y yo tiro y vosotros recogéis. Dentro de poco comenzará a dar sus primeros pasos, no tengo prisa la verdad, se mueve muy rápido gateando. Para mí el mejor momento del día es cuando voy a recoger a mi princesita a la guardería y me recibe con una amplia sonrisa y viene gateando a toda velocidad, la abrazo fuerte y la preguntó que tal el día...y me contesta con una sonrisa He tenido que pararme a pensar para escribir este post, y mirar en mis recuerdos y tengo que reconocer que algunas cosas ya se me habían olvidado sobre todo las malas y es que en esta vida es mejor quedarse con lo bueno, que para lo malo están los informativos.