Francisca Sánchez del Pozo nació en 1879 en la pequeña localidad avilesa de Navalsaúz. Hija natural de Celestino Sánchez y Juana del Pozo, Francisca tuvo una infancia dura, en la que tuvo que ayudar a sus padres y su amplia lista de hermanos para salir adelante. Ni que decir tiene que no tuvo acceso a una mínima educación por lo que llegó a la juventud siendo analfabeta.
Cuando su padre Celestino recibió una oferta de trabajo de la capital, no se lo pensó dos veces y marchó a Madrid junto a su familia para aceptar el cargo de guardia en los jardines reales de la Casa de Campo. En aquellos parajes pasaba las jornadas la entonces una joven Francisca cuando se topó con el que se convertiría en el gran amor de su vida.Pero la pareja de enamorados no lo tendría nada fácil. Rubén, viudo de su primera esposa, aún estaba casado con Rosario Murillo, una mujer con la que había contraído matrimonio tras la amenaza del que se convertiría en su cuñado. Debido al estado civil de Darío, aspirar a casarse con Francisca pasaba por conseguir la nulidad papal, cosa que intentó sin éxito, o pedir un divorcio que tampoco nunca llegó. A pesar de las trabas legales y las más que seguras críticas sociales, decidieron vivir juntos.
Francisca y Rubén llegaron a tener cuatro hijos, de los cuales solamente sobreviviría uno, y mantuvieron una sólida relación a pesar de las largas ausencias del poeta debido a sus cargos diplomáticos. Pero en el tiempo que estuvieron juntos, Francisca se convirtió en la musa de Rubén, quien enseñó a su esposa a leer y escribir. Fue en uno de esos viajes, cuando él trabajaba en París, cuando el poeta Amado Nervo bautizaría a Francisca como "La princesa Paca".
Francisca Sánchez llevó durante años un baúl azul en el que conservaría buena parte de la obra literaria de Rubén Darío que terminó donando al Estado Español.
Francisca tuvo una larga vida al lado de José Villacastín con el que tuvo dos hijos, de los cuales sólo sobreviviría Carmen. Fallecía en agosto de 1963.
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