Título: La princesa de JadeAutor: Coia VallsEditorial: Suma de Letras (enero 2011)Año de publicación: 2011Páginas: 400
Precio: 19 euros
El pasado mes de abril María del blog De todo un poco (podéis leer su reseña aquí) y yo fuimos juntas a la presentación de la novela La princesa de Jade de Coia Valls en la Casa de Asia de Madrid. Por unas cosas y otras no he podido leerla hasta ahora y eso que ganas no me faltaban. Las presentaciones de libros pueden ser algo bastante aburrido, pero la de Coia Valls fue de lo más entretenida, no solo se habló de la novela y la propia autora leyó fragmentos de ella, si no que trajeron unas bonitas piedras llamadas suiseki (que aparecen en la trama), unos trozos de roca modelados por la naturaleza que sugieren paisajes y que algunas personas llegan a coleccionar. De hecho, hace un tiempo pude ir a ver en el Jardín Botánico una exposición de ikebana (arreglos florales) y suiseki. No solo se trata de unas piedras bonitas, si no que parte de su encanto reside en el juego de averiguar qué ve cada persona en ellas y la interpretación que les da.
Volviendo al libro en si, se trata de una novela histórica que se lee bastante rápido, por un lado, porque los capítulos no son muy largos, pero especialmente, porque la historia nos atrapa y los finales de cada capítulo nos dejan con ganas de saber más y más. La princesa de Jade se sitúa en el año 551 d.c. en Constantinopla, donde la emperatriz Teodora pide en su lecho de muerte a su marido Justiniano una última voluntad: que se organice una expedición a China para traer a Occidente el secreto de la seda. Los chinos guardan muy bien su secreto y los occidentales creen que la seda crece como una especie de pelusa en los árboles y que unos "seres" se encargan de recolectarla. Así comenzará un largo viaje tanto físico, con sus peligros y preciosos paisajes, como interior, ya que cada uno de los personajes crecerá a lo largo de la ruta. Los elegidos para esta difícil empresa son dos monjes nestorianos, Rashnaw y Tistrya, el primero quiere que se acepte su culto y que dejen de estar perseguidos por el emperador, y el segundo espera poder encontrar a su padre desaparecido hace muchos años; y Xenos, un tejedor de Corinto y su hijo Úrian; acompañados de un grupo de soldados que les escoltarán. Todos ellos serán, sin saberlo, los precursores de la ruta de la seda.
A lo largo del viaje conocerán nuevos paisajes como la increíble Capadocia, leyendas e historias de otras culturas, joyas como el jade, y personajes como Najaah, una nómada que escapa de la esclavitud, o la princesa cautiva Yù. Lo mejor de la novela es su capacidad de evocación, la autora nos mete de lleno en los mercados en los que podemos oler las especias y sentir la aglomeración de gente, nos sentimos parte del viaje, una ruta intensa que cambiará a más de un personaje. Curiosamente, mi personaje favorito no ha sido Úrian, el protagonista de la novela, ni ninguna de las mujeres que aparecen en ella, si no el joven monje Tistrya, su historia, y cómo va evolucionando y creciendo ante nuestros ojos me ha hecho encariñarme especialmente con él. Además de la historia en si, en la novela se insinúan muchos temas como el nu shu, los mandalas o los sogdianos, que seguro que despiertan vuestra curiosidad por investigar más sobre ellos. Sin duda se trata de una lectura perfecta para el verano, un viaje exterior e interior lleno de aventuras, amor, leyendas y un mundo que todavía estaba por descubrir.
Coia Valls nació en 1960 en Reus, y además de escritora es actriz y profesora de Educación Especial y logopeda. Aunque La princesa de Jade es su primera novela, ha publicado distintos cuentos y novelas juveniles e infantiles. Además, para los catalanohablantes que sepáis que tenéis una edición en catalán de este libro, y para todos, que si queréis más información sobre la novela podéis acercaros al blog http://princesadejade.wordpress.com/