Noor-un-Nisa Inayat Khan nació el 1 de enero de 1914 en Moscú, capital de la entonces Rusia Imperial. Noor era la mayor de los cuatro hijos de Hazrat Inayat Khan y Ora Meena Ray Baker Noor. Hazrat, descendiente de sultares indios, era músico y maestro de sufismo. Su madre, Ora, era una estadounidense que había conocido a Hazrat en uno de los muchos viajes.
En 1914, cuando aún no había estallado la Primera Guerra Mundial, Noor y su familia se trasladaron a vivir a Bloomsbury, en Londres, donde permanecieron hasta 1920 cuando se mudaron a una casa llamada Fazal Manzil, en Suresnes, cerca de parís.
Noor soñaba con convertirse algún día en una escritora de cuentos infantiles y durante un breve periodo de tiempo inició su carrera como escritora de poesía y narraciones para niños. Pero la llegada del nazismo trucaría sus sueños, como los de millones de personas en toda Europa. En 1940 huía con los suyos a Londres.
Su alto dominio del francés llamó la atención del Servicio de Operaciones Espaciales (SOE), que vio en ella una perfecta candidata para trabajar con la resistencia en las zonas ocupadas. El problema de Noor era su aparente fragilidad y el no haber superado los simulacros de interrogatorios a los que sumían a los futuros agentes. Aún así, su perfecto francés, su gran conocimiento de las operaciones de radio y su determinación la convirtieron en un miembro de la resistencia que puso rumbo a Francia. Como miembro de la Sección F (Francesa) del SOE, Noor Inayat se convertía en la primera mujer operadora de radio en territorio francés.
Pero la suerte de Noor terminó cuando fue traicionada por un agente doble y entregada a la Gestapo. En su reclusión parisina intentó fugarse en varias ocasiones hasta que terminó la paciencia de sus captores que no consiguieron mantenerla quieta ni sonsacarle los nombres de sus compañeros fue trasladada a la prisión de Pforzheim en Alemania donde fue tratada como una presa peligrosa y fue encadenada.
Noor Inayat fue torturada en varias ocasiones sin éxito para sus captores quienes no consiguieron sacarle ninguna información. Diez meses permaneció encadenada en su celda de Pforzheim hasta que el 11 de septiembre de 1944 fue trasladada a Dachau donde fue fusilada dos días después junto a otras tres agentes británicas. Sus cuerpos fueron quemados para que nada quedara de aquellas mujeres valientes que dieron su vida por la libertad.
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Kathryn J. Atwood