La Princesa Prometida [Contracrítica]

Publicado el 14 mayo 2013 por Ahoracriticoyo @AhoraCriticoYo
Saludos personas y personajes. Mi nombre es Estela pero por el mundo del celuloide blogero se me conoce con la identidad de Requiemporelcine (http://requiemporelcine.blogspot.com.es/ y @Requiemxelcine en twitter). 

Hoy me dejo caer en este gran blog porque mis locos colegas de @AhoraCriticoYo  tuvieron la gran idea de hacerme una oferta que no pudiera rechazar, y me invitaron a pelear con uñas y dientes una de sus críticas. Bueno, a lo mejor no querían que fuera tan violento, pero mi parte espartana no sabe hacerlo de otra forma. Ha llegado el momento de defender el honor de la mítica (e incomprendida por estos lares) La Princesa Prometida, un icono de mi infancia.


¿De qué va?
Una historia sobre el amor verdadero entre un vulgar mozo de caballerizas Westley (Cary Elwes) y una bella fama, Buttercup (Robin Wright), que termina prometida con el insensible príncipe Humperdinck. En su camino se cruzarán viejas historias de venganza y obstáculos que les probarán la fuerza de su amor.

Como el argumento y detalles técnicos podéis encontrarlos en la entrada principal, me limitaré 

a hacer lo que he venido a hacer: justificar el pedacito de corazón que nos robó esta aventura de amor y hazañas, disparatada a la par que grandiosa.
La crítica 

Parece que el combate empieza sin mucha tensión. Unos primeros momentos de conversación familiar en los que estoy de acuerdo que se aporta un toque original, una narración diferente que nos atrapa, como la curiosidad del enfermito que escucha atentamente a su abuelo. Captando por completo la esencia de cuento que transmite la novela de William Goldman, y el toque ochentero de la habitación con el yayo, no podemos hacer otra cosa que rendirnos y disfrutar de lo que viene. 

Como el amor es el centro de la trama (venganzas, retos y traiciones vendrán luego) el film se encarga de presentarnos a la pareja idílica y pura cuyo destino se ve terriblemente ultrajado al ser separados de por vida (o eso creen ellos). Encariñados al momento con el “As you wish” de Westley, la historia gira hacia un rapto esperpéntico rodeado de elementos fantásticos que harán de la típica historia de amor y princesas un relato épico cargado de elementos tan mágicamente ficticios que encajan a la perfección.    La esencia no consiste en intentar encasillarla dentro de un género concreto (véase ahí el dilema moral con el que se encontraron en la crítica original), sino en apreciar la película como un compendio de hazañas que componen un cuento transformado en historia. El amor, la comedia, la fantasía, e incluso el género espadachín (este creo que me lo acabo de inventar) se reúnen, no para definir el film como un mixto pisto de todo ello, sino para encontrar una armonía perfecta que entretiene, enamora y, de paso, te roba alguna sonrisa.
Hablemos de personajes. Es cierto que Buttercup puede parecer un poco “tonta” a veces, pero hay que tener en cuenta que el personaje debe transmitir que tiene el corazón roto, siendo la princesa de cuento, inocente y atolondrada (nunca le perdonaré que no le atice al RAG –Roedor de Aspecto Gigantesco-), y aquí cada uno cumple su función. El apuesto, intrépido, inválido y astuto Westley se encarga del encanto de plebeyo, pirata, héroe y caballero, y son precisamente esas mezclas únicas las que les otorgan la personalidad que no encontrarás en otra película. Mención aparte necesita el dúo sacapuntas formado por el español Iñigo y el bestia gigante de su compañero. La amistad, la venganza y la aceptación de los inadaptados serán sus fuertes, todo ello bien aliñado con los mejores toques de humor que no necesitan contrarrestar nada, sino que elevan el ya de por si altamente exótico elenco de personajes. Un poco de frescura que parece haber descolocado en la entrada original, pero que en el fondo libera un poco el encasillamiento de protagonistas y vuelve a potenciar ese alma de relato fantástico que predomina en el film.
Con cada escena en mi memoria (sí, incluyendo esa falsa caída del balcón, referente onírico que nos recuerda que estamos ante un cuento), no puedo más que recalcar el hecho de que La Princesa Prometida no es una película del montón, sino que representa todo aquello con lo que soñábamos de pequeños, transformando una novela juvenil en una historia heroica llena de hazañas, humor, y por encima de todo, de amor. Todo ello con el mérito añadido de no caer en conformismos ni estereotipos preconcebidos, sino innovando en tantas facetas que es imposible catalogarla. 
La única conclusión posible es que es extraordinaria, como voto y no en vano, pues estamos ante una de las películas que no solo ha marcado a una generación, sino que le ha hecho soñar con amor verdadero, hombres de seis dedos y bocadillos de cordero.

Información de más
  • Goldman, autor de la novela y guionista, creó esta historia como cuento para dormir a sus hijos, y fueron estos mismos junto a su mujer quienes le empujaron a hacer el libro y posteriormente vender los derechos.
  • Su éxito en taquilla fue escaso (recaudó 30 millones, el doble del presupuesto del film), pero tras su comercialización no tardó en convertirse en una película de culto.
  • El tirón infinito que tiene la película no siempre es bueno, y ha dado lugar a un videojuego educativo para un público joven, llamado Worldwide Biggies.
  • Con motivo del 25 aniversario del estreno de la película, en el 2012 se reunió el reparto vivo al completo por primera vez desde el rodaje de la misma. 
Nota final: 10