Revista Cultura y Ocio

"La princesa prometida", de William Goldman: acción, aventura, amor y metaliteratura

Publicado el 07 mayo 2014 por Lidiacasado

Ficha técnica: 

Título: La princesa prometida        Autor: William Goldman          Editorial: Martínez Roca                              Género: novela de aventuras, romántica, metaliteratura  Páginas: 382  Publicación:  2/10/2004   ISBN: 978-84-270-3063-3

Sinopsis (editorial):

  La bella Buttercup jura amor eterno a Westley, que parte en busca de fortuna y es asesinado por unos piratas. La doncella, obligada, se promete al príncipe Humperdinck de Florin, un bellaco al cual solo le interesa la caza.
  El mejor esgrimista, el hombre más inteligente y el más fuerte del mundo son contratados por los enemigos de Florin para raptar a Buttercup. En la huida, sufren la incansable persecución de un encapuchado que los retará uno a uno en su propio terreno.
   En La princesa prometida, William Goldman ha reunido todos los elementos clásicos de los grandes relatos ambientados en un mundo de fantasía medieval, imprimiéndoles su fino sentido del humor. Sus personajes representan a todos los héroes y villanos de nuestros cuentos de infancia y rinden un brillante homenaje a la novela de aventuras.
   La presente edición se completa con los primeros capítulos que el autor escribió para continuar esta novela, una de las más emblemáticas de todos los tiempos.
 He visto la película un millón de veces y un millón de veces la he disfrutado pero (y no me preguntes por qué) nunca me había planteado leer el libro. Hasta que llegó Isi y empezó a meter cizaña a través de Twitter. Nada más decirlo me empezó a entrar un gusanillo por el cuerpo que no pude contener y aunque tenía un abril de aquí te espero no pude evitar sumarme a la lectura conjunta que organizó. Y, desde luego, no me arrepiento.
   He disfrutado como una niña de las aventuras de Buttercup y de Westley. Pero también he disfrutado como buena amante de la metaliteratura con el juego literario que crea Goldman, con su multiplicación de narradores/autores y con las diferentes parábasis (es decir, cada vez que el autor interrumpe la narración para hablar por su propia boca) que se van produciendo a lo largo del texto. Y son muchas. Morgenstern, el supuesto autor original de La princesa prometida, introduce sus comentarios entre paréntesis y, la verdad, no tienen desperdicio. Por su parte, Goldman, el compilador o recortador o adaptador de la supuesta obra original, incluye los suyos en cursiva y la mayoría de ellos empiezan con un "Soy yo otra vez" ante el que es imposible no soltar una risotada. Al final, el juego entre ambos resulta de lo más divertido y, para mí, es de lo mejorcito de la novela (aunque también he visto en Twitter que hay quien se cansa de tanta interrupción. Yo, desde luego, no me he cansado y creo que la novela sería otra sin ese punto de magia metaliteraria que le dan estos comentarios).
   Una novela que, por lo demás, comienza con un prólogo en el Goldman habla de cómo su padre le leía La princesa prometida y del chasco que se llevó la primera vez que lo leyó por sí mismo, entre otros sucesos. Tras ese prólogo, comienza la historia de Buttercup y Westley que tanto conocemos, con sus parábasis, sus aventuras y sus recortes (Goldman corta pero nos cuenta qué ha cortado, resumiéndonos unas largas explicaciones de Morgenstern que, según él, no van a ninguna parte). En la edición que yo he leído, hay una introducción antes del prólogo y un epílogo en el que Goldman cuenta sus aventuras y desventuras para continuar la historia de los amantes. La introducción tiene un pase pero el epílogo... mejor saltárselo. Quitando la parte en la que proponen que sea Stephen King y no Goldman quien continúe la novela, el resto es totalmente prescindible, tal y como yo lo veo (y no soy la única, por lo que hablamos en Twitter).
   No voy a entrar a valorar el desarrollo de la historia de Buttercup y Westley porque la conocemos bastante bien a través de la película (aunque, como siempre, en el libro hay muuuchos más datos sobre los personajes principales) pero sí he decir que me sorprendió la fidelidad de esta parte y no acabó de entender por qué en el film cambiaron al padre lector por un abuelo. No pillo en matiz, sinceramente.
   Lo que sí me ha llamado bastante la atención en la obra literaria es una visión bastante negativa de las mujeres en su conjunto (ya sabes que yo para esto soy muy puntillosa). En la película, Buttercup es la típica princesita... pero ya está. En el libro... le falta un hervor, qué quieres que te diga. Es más tonta que un zapato viejo. Fíjate que ya de jovencita, cuando veía la peli, pensaba (en la escena del Pantano de Fuego, cuando la capibara gigante ataca a Westley): "pero esta mujer... ¿por qué se queda mirando? ¡Corre! ¡Haz algo!". Pero es que en el libro he tenido ganas de darle cuatro voces, a ver si espabilaba de una vez, casi cada vez que aparecía. Y sí, tiene sus puntos graciosos pero en el paladar me queda el regusto amargo de una heroína taaaaaan sosa y tan poco inteligente. Y el resto de mujeres de la novela no mejora la imagen global del género: la mujer o exmujer de Goldman: una loca perdida; la de Max Milagros, una tocanarices; la primera prometida de Humperdinck... esa sí que no tenía un pelo de tonta pero en fin. Y poco más, porque tampoco es que haya muchas mujeres en esta novela, en la que los personajes masculinos tienen mucho más peso que los femeninos. Y eso sí me toca un poco la moral... por mucha parodia que quiera encontrarle al asunto.
   Y acabo hablando de Fezzik y de Íñigo, dos secundarios de los que es imposible no enamorarse. Me encantan cada uno como personajes pero me vuelve loca la relación que establecen entre ellos. Compañerismo en estado puro.      Nos seguimos leyendo.

   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Reto100 libros: 40/100
  • Reto Genérico: 28 (1metaliterario)/40 
  • Reto Encuentra al personaje: 15/24
  • Reto 12 meses 12 libros: 3/12
   En La Princesa prometida he encontrado a otro de los personajes de la segunda lista del Reto Encuentra al Personaje: uno que sea mordido o picado por un animal. En el capítulo 5, en el corazón del Pantano de Fuego...
  Sus palabras y su tono sonaron un poquitín fríos, algo que Westley habría sin duda notado de no ser porque en ese momento un RAG saltó desde la rama de un árbol, se abalanzó sobre él, le hincó los enormes dientes en el hombro descubierto y lo derribó al suelo provocándole una hemorragia repentina. Los otros dos RAG que los habían estado siguiendo atacaron también; ni se fijaron en Buttercup, sino que se lanzaron directamente con hambrienta fuerza sobre el hombro sangrante de Westley.

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