La prodigiosa vuelta de la extinción del café marrón

Por Ireneu @ireneuc

Café Marrón, florido

El ser humano con su loca carrera por el dinero fácil, está llevando a la extinción un sinnúmero de especies, ya sean animales o vegetales. Algunas han desaparecido sin remisión, pero hay otras que por auténticos azares de la vida, han vuelto, literalmente de la extinción. Este es el caso de un arbusto de las Islas Mauricio, que reapareció después de no tener constancia documental de ella desde el siglo XIX. Sin embargo, en este caso, lo extraordinario no es el hecho en si, sino cómo lo hizo y comprobar como, a veces, la moneda se obstina en caer de canto. Es la historia de la "resurrección" del Café Marrón.

Tortugas gigantes

Los medios ambientes isleños, justamente debido a su aislamiento marino han dado no pocas veces una flora y una fauna absolutamente diferentes al resto del planeta. El archipiélago de las Mauricio, en el medio de la nada del Océano Índico, no son una excepción, y aún lo podían haber sido más si la llegada de los europeos no hubiera significado la entrada de una manada de toros en una tienda de loza fina. En estas circunstancias, la introducción de cabras, cerdos, gatos, perros, conejos, zorros... y todo tipo de fauna extranjera, acabó por hacer auténtica ricia en la ecología propia de las islas, y entre ellas, la isla Rodrigues no se escapó del esquilme.

Ubicación de la Isla Rodrigues

En 1877, un botánico europeo que visitó la isla hizo un dibujo del Café Marrón (Ramosmania rodriguesii). El hombre, lo que no sabía era que iba a ser la última vez que se iba a documentar esta planta. La noticia del Café Marrón se fue perdiendo progresivamente hasta que esta planta fue dada por extinta definitivamente en los años 40 del siglo XX.Otra más a la saca de las extinciones y de ella nunca más se supo. Como siempre.

KEW Botanic Garden

En 1979, un profesor de biología que daba clase a niños de 12 años hizo el típico ejercicio de hacer recoger hojas y ramas a sus tiernas criaturas, con el fin de enseñarles la flora de la isla. La sorpresa se la llevó cuando uno de los críos, le llevó una rama de un arbusto que le llamó poderosamente la atención. Efectivamente, se trataba de una rama del extinto Café Marrón. Posteriormente se enviaron muestras al KEW Botanic Garden de Inglaterra, que confirmó el hallazgo.

Café Marrón

El profesor preguntó al niño de dónde la había sacado, y le dijo que de un arbusto de cerca de su casa. Cuando fueron a verlo vieron, que se encontraba cerca de las casas y al lado justo de una carretera... ¡El sitio mejor para vivir una planta en peligro de extinción! Empezaron a buscar más plantas, porque si había una, tenía que haber más, pero estaban equivocados...del Café Marrón tan solo había una planta. De golpe se encontraron con un valioso espécimen en peligro extremo de extinción en medio de una zona urbana.

Reproduciendo el Café Marrón

La noticia corrió como la pólvora y para proteger el arbusto se construyó una valla que no sirvió de mucho, ya que la gente, al saber que se trataba de algo raro, se lanzó a la rapiña de hojas, ramas y corteza. El bulo de que este árbol curaba la gonorrea y las resacas tampoco ayudó mucho a su conservación. Ello obligó a las autoridades a poner una segunda valla e incluso una tercera con alambre de espino, al mejor estilo valla de Melilla, con tal de proteger el pobre arbusto de las imbéciles garras de los seres humanos. Por suerte, se llevaron una serie de esquejes al KEW, donde consiguieron reproducirlos, pero con el inconveniente de que como eran todo clones de un único espécimen, las flores (similares al jazmín pero más grandes) no generaban semillas al no ser viable la autofecundación de las flores. La especie se condenaba a ser reproducida exclusivamente por los humanos.

Totalmente diferente que los adultos

A pesar de este inconveniente, los botánicos del KEW, no cejaron en el empeño de hacer reproducir sexualmente al Café Marrón, y finalmente, un día de 2003, tras 20 años de infructuosos intentos, consiguieron -aún no se explican porqué- que se generase una única baya que contenía semillas viables. Con todo el cuidado del mundo las sembraron y consiguieron que germinasen. Pero algo había fallado.

Hojas de color rojo

De aquellas semillas, empezaron a surgir plantas que no se parecían en nada a la planta madre. El Café Marrón destaca por sus hojas ovales de color verde oscuro del estilo de las magnolias y aquellas que salían eran rojas y alargadas como las de las adelfas . Con el tiempo, vieron que aquellas plantas, al llegar al metro de altura, cambiaba las hojas rojas y alargadas por las conocidas verdes y ovaladas. ¿Qué pasaba aquí?

Las hojas cambian a cierta altura

Tras estudiar la fauna autóctona de la isla Rodrigues, descubrieron que una de las especies animales que más había abundado en aquella isla eran las tortugas gigantes, las cuales habían sufrido el mismo camino que la selva que antaño cubría la isla, los loros, los estorninos, las cotorras, los gecos, etc, todos ellos endémicos y que habían acabado por desaparecer. Pero no todas las tortugas de la isla habían desaparecido y pudieron ver que estos animales se alimentan de las hojas verdes de las plantas que encuentran a la altura de su cuello y ataron cabos: el Café Marrón crecía en sus primeros estadios en color rojo para que las tortugas no se las comieran, y en cuanto sobrepasaban la altura de ataque de ellas, desarrollaban sus hojas verdes normales lejos de las fauces de las tortugas gigantes. Ingeniería biológica al borde de la extinción.

Las tortugas ni las huelen

En la actualidad, el Café Marrón está declarada como Especie en Estado Crítico de Extinción y está estrictamente protegida en la Isla Rodrigues, aunque visto lo visto, tan solo la chiripa y la concienciación de unos pocos de la necesidad de preservar un patrimonio natural prácticamente perdido, ha evitado que una especie dada ya por extinguida fuera nuevamente aniquilada por la estúpida creencia de que una planta -de la cual no se sabía nada en décadas- curaba la gonorrea y calmaba las resacas.
Definitivamente, nunca tantos tan tontos deberán tanto a tan pocos cuerdos.

Planta joven de Café Marrón


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