Me van a llamar fetichista (háganlo), me van a llamar friki (adelante), me van a llamar desnortado (no se lo echo en cara), pero les confieso que solo por esta descomunal portada me haría ahora mismo con este libro. Y la cosa es que, además, resulta que es de Willa Cather (la gran narradora de los pioneros americanos, la serena luminosidad literaria). Y, encima, una Willa Cather inédita en español -la última obra que escribió la escritora de Nebraska-, con una historia, en esta ocasión, ambientada en Virginia.
Que me dejo llevar por los accesorio, dicen. Es posible. Lo más profundo es la piel, decía Paul Valéry. Por eso llámenme con todos los sinónimos posibles de la desmesura (vamos, busquen en el diccionario de Maria Moliner), mientras deciden -yo lo haría- si pinchar aquí para saber más de esta edición. Y aquí para saber más sobre Cather en esta estupenda entrada de un blog vecino.