La promoción de un peón que llega a la octava línea -o a la primera si se trata de un peón negro- provoca una auténtica transformación asombrosa en cualquier partida de ajedrez. Es el medio más eficaz y contundente de alterar el equilibrio de fuerzas entre ambos bandos, y es que en unos pocos movimientos uno de los bando puede contar con una dama en lugar de un simple peón.
Lo normal es que el tema de la promoción aparezca sobre todo durante los finales de partida, momento en el cual la promoción o coronación de los peones se trasforma en el objetivo primordial de la partida de ajedrez, debido a las pocas piezas que se suelen mantener sobre el tablero, pero la promoción de un peón también es un tema táctico del medio juego.
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Revista Ajedrez
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