Pese a ser un pilar fundamental, son uno de los colectivos más olvidados y carecen de la posibilidad de ser administradoras de sus cosechas, empresarias o líderes, como lo son los varones, lo que subraya su discriminación tanto en productividad económica como en su desarrollo personal dado que tienen menos acceso a la educación, formación, créditos, mercados, ayuda técnica y a participar de forma igualitaria con los hombres en las organizaciones campesinas.
InteRed, trabaja en la RD del Congo con el Instituto Africano para el Desarrollo Económico y Social (INADES), una Red de Solidaridad que apoya iniciativas de desarrollo para poblaciones desfavorecidas en un proyecto que financia la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha.
El trabajo se concreta en la población campesina de 4 territorios del distrito de Kwilu en la Provincia de Bandundu, fortaleciendo sus capacidades en actividades agrícolas, apoyo a cooperativas y comercialización de los productos.
El objetivo es que las mujeres se conviertan en líderes del desarrollo de sus comunidades y familias, para ello se fortalece la estructura organizativa del campesinado de mujeres con la creación de Organizaciones Campesinas Femeninas que a su vez pertenecen a Uniones de Producción Agrícola; se crean espacios de participación con las autoridades políticas para la defensa de sus intereses, se las forma para que se constituyan en cooperativas que les facilite la comercialización de sus productos (en su mayoría arroz, mandioca y cacahuete), se favorece su participación en órganos de decisión de organizaciones campesinas, así como su acceso a los recursos económicos y se las forma y capacita en gestión, almacenamiento de productos agrícolas, contabilidad, procedimientos de las cooperativas rurales, técnicas y procesos de transformación y comercialización.
Sylvain Ntumba, director de INADES, manifiesta que “las mujeres tienen un alto interés en implicarse para organizarse y tener un papel más relevante en sus comunidades; y están contentas con los resultados porque son muy visibles en la medida que las cooperativas, con el fortalecimiento del proyecto, garantizan de manera profesional la comercialización de los productos agrícolas y eso supone incremento de ingresos y mejores condiciones para las familias en cubrir sus necesidades.”
La sostenibilidad del proyecto en el futuro se debe a que la formación de mujeres líderes con las que se ha iniciado el proceso son las que van a dar continuidad formando a otras mujeres.
Situación de inequidad en el mundo rural
La desigualdad de género en el mundo rural varía entre las diferentes regiones del mundo y sectores, sí existe a nivel global que las mujeres obtienen un menor beneficio por las laborares rurales que los hombres, que con la crisis económica actual, se ha ralentizado el proceso hacia una mayor igualdad en las zonas agrícolas y rurales.
Según la FAO – Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura - , las mujeres representan hasta el 50% de la fuerza laboral agrícola en África, ellas son las que alimentan a sus familias, cultivan, cosechan, pescan, cazan, llevan agua, leña, cocinan los alimentos… y pese a ello, son las últimas que tienen acceso a los recursos, a la formación y a los microcréditos.
El Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, dice que las raíces profundas de la pobreza rural se encuentran en el desequilibrio entre lo que las mujeres hacen y lo que tienen. Si las mujeres tuvieran acceso a los mismos recursos productivos, la producción agrícola total en los países en desarrollo podría aumentar en un 2,5% a 4%; y si tuvieran igual acceso a fertilizantes, semillas, agua para el riego, asesoramiento y créditos, el número de personas que padecen hambre en el mundo podría reducirse a 150 millones.
Foto: InteRed. Fuente: Amecopress