La próxima piel. Derretimiento disociativo.

Publicado el 19 octubre 2016 por Criticasen8mm @Criticasen8mm
Título original:
La propera pell
Año:
2016
Fecha de estreno:
21 de Octubre de 2016 
Duración:
103 min
País:
España, Suiza
Director:
Isaki Lacuesta e Isa Campo
Reparto:
Àlex Monner, Emma Suárez, Sergi López, Bruno Todeschini, Igor Szpakowski
Distribuidora:
Betta Pictures
El cine de Isaki Lacuesta no es el más accesible que se crea en nuestro país. Lo cual no le ha impedido desarrollar una carrera alejada de lo comercial y cercana a la experimentación y los escuetos presupuestos. Tras el largo proceso de producción de la irregular y plagada de grandes talentos Murieron por encima de sus posibilidades, que satirizaba a la fauna empresarial, social y política española -extrapolable a nivel global-, Lacuesta unió fuerzas con Isa Campo, su habitual colaboradora en la escritura, para filmar La próxima piel. De su anterior película tomaron prestados a tres magníficos actores: Àlex Monner, Emma Suárez y Sergi López. Un trío protagonista que, sumado al gélido pueblo en el que transcurre el relato, dota de verdadera vida a este thriller narrado de forma más convencional de a lo que nos tiene acostumbrados Lacuesta, pero sin querer desprenderse de una poética que en Los pasos dobles era más hermética, y que aquí se exhibe con certeras pinceladas de sospecha y ambigua revelación.

Monner interpreta a un joven en un centro de acogida francés cuya identidad es un misterio. Mientras que Suárez encarna a Ana, una madre cuyo hijo Gabriel desapareció hace ocho años. Tras encajar en el perfil de ese niño en paradero desconocido, el adolescente, que padece amnesia disociativa, llega al hogar de Ana sin estar realmente seguro de si realmente él es Gabriel. Junto a ellos el personaje más importante es seguramente el ambiente en el que transcurre la acción, un pueblo de los Pirineos de apariencia tranquila y de silencio sepulcral, lo cual incluye sepultados secretos familiares, que se irán desvelando a medida que avanza el metraje. Al estilo de La caza, de Thomas Vinterberg, sin alcanzar el abrumador poderío de aquella. Pero en ningún momento se arrojan puñados de información a la cara del espectador para aturdirle y engañarle con el sentido de la cinta, ya que lo que nos encontramos es un thriller que va escalando paso a paso, no a zancadas. La crisis de identidad del protagonista es el conflicto que le asola, mientras que su madre se conforma con su supuesto regreso. La relación entre ambos es el alma de la película, la que distingue las mentiras de las verdades y la que va arrojando luz sobre los traumáticos eventos del pasado. Los directores manejan con maestría las posibilidades del sonido e imagen para ofrecer escenas en las que ambos personajes liberan o encierran sus temores.
Lacuesta y Campo muestran un témpano de hielo del que se desprenden gotas de lluvia en el primer plano de la película, dedicado a ese gélido enclave en el que los personajes van derritiendo las capas de protección de sus secretos. Al igual que en una de las escenas más explosivas del desenlace el foco está dedicado al pueblo, ese paisaje en calma que contrasta con la turbulenta historia que está sucediendo en un primer plano al que no se nos permite acceder de forma inmediata. En cuanto a las otras relaciones que definen la película destaca el papel del tío de “Gabriel”, Enric (Sergi López), que encarna la lógica sospecha constante sobre el recién llegado. El fuego determinante para derretir el pasado. Y por otro lado nos encontramos con la complicidad que aporta Igor Szpakowski -compañero de Monner en la serie Pulseras rojas- como primo del protagonista, que también va escalando con el avance de la cinta, hasta una cima un tanto aleatoria. El guion tampoco libera a los familiares del adolescente de la losa del pueblo, del peso del silencio y el vacío que les rodea.

En un año en el que estamos viendo un cine español de una calidad tremenda, La próxima piel es una nueva muesca de calidad sobre un muro que va quedando repleto de firmas de autores como los que han hecho realidad esta inquietante propuesta, que desborda personalidad, manejo de la intriga y ambigüedad narrativa bien construida, aunque le dé el gusto al espectador de una resolución más cerrada de lo esperada.
7,5/10