Cuando vi por los telediarios surcoreanos hace algunos días sobre la medida flexible, entre ellos la transacción financiera menos restringida entre los dos países, tomada por el gobierno nipón con el régimen norcoreano, el asombro ha sido inmediato. La relación entre ambos países estaba totalmente congelada desde que la estrategia malintencionada de Kim Jong-Il enfureció al entonces primer ministro Koizumi al entregar las cenizas de norcoreanos en vez de japoneses fallecidos que fueron secuestrados en la década de los setenta. Seúl, siempre escéptico con la acción del régimen norcoreano, ha pedido precaución a Shinzo Abe para evitar consecuencias no beneficiosas para Japón y no caer en la misma trampa de la mentira de la élite norcoreana.
Se entiende la desesperación del gobierno japonés para traer de vuelta a japoneses secuestrados convertidos en ancianos o traer lo que queda de sus restos a su tierra natal pero a estas alturas también deberían saber que el grado de posibilidad de una negociación productiva con el régimen es casi nula y que serían las víctimas perfectas de la estrategia. Deberían saber que Corea del Norte necesita urgentemente monedas internacionales para evitar el colapso en su país y como arma, ha tocado la parte sensible que aún sigue afectando a la población japonesa: el drama de los secuestrados que llevan años sin volver a su hogar.
He sido pesimista desde que empecé con el blog casi con todas las acciones del régimen norcoreano. Ya en 2008 prometió a Japón que investigaría el caso de los secuestros de los ciudadanos nipones pero eso nunca ocurrió. Espero equivocarme con mi hipótesis agorero y quiero que todas las víctimas de estos secuestros vuelvan a sus casas de forma inmediata. Pero veo que Corea del Norte, al distanciarse poco a poco de China por sus problemas con los ensayos nucleares, se está acercando a Japón usando el dolor de los familiares de los secuestrados como su arma más destacable. Y Abe puede que sea la siguiente víctima del régimen después de Koizumi en 2002. El diario de Corea del Norte