Algo se apoderó de mí. Una corriente de energía maléfica, me recorrió la columna vertebral, de arriba abajo y mis manos cobraron vida propia.
El cuchillo me parecía un arma poderosa .Enfebrecida por ese poder maligno que me estaba absorbiendo, me relamí en el proceso. Introduje el filo, haciendo saltar la carne tierna y hurgué, removí y agujereé hasta que me pareció que la hendidura era lo suficiente profunda.
Para que quedara más grotesco, encajé una dentadura postiza de vampiro, en la herida recién abierta…Necesitaba más… Cogí dos chinchetas de filo muy puntiagudo y las clavé para dar forma a las cuencas oculares.
Repetí la operación hasta tener la cantidad suficiente y, después, limpié el cuchillo de los restos orgánicos pegajosos .
Mientras hacía desaparecer los restos, me prometí a mi misma que este iba a ser el último año…
Creedme, ya estoy harta de las modas , de los Halloween’s y del estúpido concurso de “Calabazas Creativas” que organiza Paqui, del Departamento de Contabilidad. Yo soy más de Castañas y Panellets…
Juro que será la última…