Como decimos ayer, la puerta del Rectorado era la puerta principal de la antigua fábrica de Tabacos de Sevilla. Ésta es un de las razones por la que en las jambas de dicha puerta podemos ver motivos decorativos relacionados con esta actividad.
Por supuesto que se representan a los indios, grandes cultivadores de esta planta americana, pero también hay que hacer mención a una representación de los molinos de tabaco. La fidelidad de la reproducción permite apreciar hasta los engranajes.
Los molinos eran necesarios porque hasta el siglo XIX el tabaco se consumió en forma de polvo, el rapé de las novelas. La Real Fábrica de Sevilla llegó a tener 170 molinos movidos por 200 caballos.
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