Sofía es una directiva de una importante multinacional, a la que le encomiendan la difícil misión de descubrir que se esconde detrás del suicidio de tres empleados pertenecientes a una filial de la empresa matriz.
El director novel, David Cánovas, ha sido el encargado de dirigir este largometraje que ha tardado dos años en estrenarse, ya que el rodaje terminó en diciembre del 2014. Este realizador adapta la obra de teatro de Antonio Tabares, transmitiendo la lógica frialdad de este tipo de corporaciones en las que el ser humano es considerado una simple pieza del engranaje que como dice uno de los personajes recuerdan a la célebre película de charles Chaplin Tiempos modernos. Los diálogos nos parecen muy clarificadores y se mantiene la intriga hasta final. Por pequeños detalles pensamos que se nota la inexperiencia del director porque su montaje no nos parece redondo. Sin embargo, con estos buenos mimbres, el presente y el futuro de este realizador están garantizados.
Tanto los actores secundarios como los principales como Carmelo Gómez están muy bien. Maribel Verdú expresa la impotencia de una gran mujer enfrentándose a una especie de Goliat que se las sabe todas. Por cierto, los citados intérpretes ya habían trabajado juntos en la tierna Canción de cuna de José Luis Garci.
Salvando las distancias porque no está abierta a la trascendencia, esta historia recuerda a los largometrajes de Frank Capra. La punta del iceberg presenta un aroma capriano por esas personas que se enfrenta a un ente que les supera, luchando por una causa que consideran justa. Si en algunas ocasiones hemos criticado la incoherencia y la limitación de la libertad del sistema de producción comunista, esta interesante cinta es una denuncia al capitalismo feroz, que no tiene en cuenta los derechos del trabajador y la vida personal de sus empleados, olvidándose de su dignidad, puesto que sólo sé fija en los beneficios económicos, deshumanizando la vida laboral. Este aspecto del buen trato es cuidado por algunos empresarios, aunque cada vez más se está entendiendo en muchos de ellos el desprecio por los trabajadores.
Finalmente, la cinta refleja las graves secuelas psicológicas que el aborto deja en las mujeres y las presiones a las que éstas se ven sometidas para no quedarse embarazadas si quieren ascender, un hecho muy generalizado en la sociedad del siglo XXI (publicado en Páginas digital).