Un bar que fue famoso fundamentalmente por su nombre, aunque no se podrá negar que allí se bebía bien, que se comía mejor, y se respiraba la simpatía de la que le impregnaba su dueño, una simpatía un poco socarrona a veces, aunque bienintencionada siempre y al fin y al cabo...
Durante años fue propietario de Las Cuevas de Puta Parió, un establecimiento de hosteleria (bar/restaurante) ubicado en la casa en la que antaño vivióD. Luis de Quijada, el que fuera mayordomo del Emperador Carlos V, quien fue vecino de la localidad, los meses que fueron necesarios para rematar las obras de construcción del que sería su último retiro, en el Monasterio de Yuste...
Alguna otra fuente atribuye la frase a un criado del Emperador, añadiendo que éste celebró la ocurrencia, rogando al bodeguero eligiese las dos mejores tinajas, la una para enterrar al criado, la otra para sí mismo...