Comentaba en la anterior entrada sobre esta serie, en la que hablaba de la segunda temporada, que no me parecía que hubiese un salto muy grande entre la primera y la segunda. Sin embargo ese salto de calidad sí lo he notado en la tercera. Ocurrió la huelga de guionistas, y eso obligó a acortar la temporada que se quedó en tan solo 16 capítulos. Y nos encontramos con capítulos que, lejos de ser malos, como podría haber pasado por esta huelga, son de lo mejorcito que he visto.
Esta vez no me he encontrado con capítulos autoconclusivos, o mejor, sí los ha habido, pero con trampa. Los guionistas tuvieron la feliz ocurrencia de meterlos en la trama de mejor manera que antes, de forma que podían volver a hacer historias de "mata a ese espíritu que ha venido al pueblo A, que en el capítulo siguiente mataremos al otro que está en el pueblo B" pero de forma que ahora tienen sentido. Estas historias por fin tenían su razón de ser, la trama principal obligaba a pasar por todos esos peajes. Ya se les podía haber ocurrido antes, pero bienvenido sea el momento.
De la tercera temporada tengo que destacar las dos novedades femeninas, de las cuales no voy a desvelar sus papeles, sino menuda gracia tendría. Por un lado los hermanos se encontrarán con Bela, la cual les acaba dando más de una sorpresa, las cuáles no serán siempre agradables, claro está, y por el otro, está Ruby, una chica muy maja que esconde también muchas sorpresas, y es que ya se sabe que en este tipo de series las chicas son guerreras, como tiene que ser.
Ahora a darme tralla que ya queda menos para ponerme al día con la quinta temporada y así poder coger otra serie de todas las de mi lista negra, que son unas pocas. ¡Larga vida a los Winchester!