La que se va, la juzgada y la que vuelve

Publicado el 23 diciembre 2014 por Rgalmazan @RGAlmazan

Tres mujeres de armas tomar. Tres damas de alto plumero y de baja estofa. Dos políticas y una alta aristócrata (aunque una de las políticas también es de sangre azulísima), una mezcla explosiva de primera magnitud. Hoy son noticias las tres y lo son por distintas causas

La que se va es Sonia Castedo. Tarde y mal. Macarra como siempre. Y es que la Castedo podría protagonizar una obra de Arniches sin doblar una pestaña. Más chula que un ocho, doblemente imputada, esta amiguita de uno de los amos de Alicante, el empresario Enrique Ortiz, al que tanto ha ayudado desde el ayuntamiento –después de haber dado muestras de su verborrea bravucona con la oposición, con su propio partido y con los ciudadanos— ha decidido dejar la alcaldía, y lo ha hecho por twitter. Hoy, la muerta viviente ha fallecido del todo, políticamente. Y la única explicación que da es que lo hace por sus hijas. ¡Pobres hijas! con una madre así. Hay que tener desvergüenza para poner a sus hijas como causa de su dimisión. Pronto el juez la pondrá en su sitio.

La que va a ser juzgada es la Infanta Cristina. Y aquí hay que hablar de la altura ética y de la intachable honradez del juez Castro, quien, a pesar de las presiones de la Casa Real, del gobierno y del propio fiscal –convertido en otro abogado defensor— ha mantenido su independencia y ha actuado en conciencia, defendiendo eso de que Hacienda somos todos –lo que tantas veces otros con palabras o acciones desmienten—, y empujando con determinación a la Infanta hasta el banquillo por sus presuntos delitos. Una decisión difícil, libre, valiente y contracorriente de quienes querían salvarla a toda costa. Por cierto, que del banquillo no la ha salvado ni que su abogado sea uno de los padres de la Constitución, que también ha perdido esta apuesta.

La que vuelve es la gran lideresa madrileña: Esperanza Aguirre. Había que verla hace poco más de dos años, cuando abandonó la Presidencia y dejó claro que se iba porque para ella la política era una actividad temporal (hay que tener jeta para decir algo así cuando se lleva pisando moqueta pública desde 1983, o sea desde hace más de treinta años) y que lo hacía de forma definitiva, sin marcha atrás. Ya ven ustedes cómo nos podemos fiar de ella. Ahora se ha ofrecido al Gran Mariano para ser otra vez reina en la plaza de Madrid, como candidata a la alcaldía. Y vuelve después de dos hitos que a otros les abochornarían y que a ella le dan caché de mujer dura y por encima de las leyes.

  • El primer acontecimiento fue el del enfrentamiento con agentes de movilidad y policías municipales de Madrid que la multaron por aparcar en doble fila y ella, con su habitual humildad, les dejó plantados, huyó, arrolló una moto y como si nada.
  • El otro suceso ha sido ser la responsable del nombramiento de políticos implicados en la trama corrupta Púnica, entre ellos su mano derecha: Granados.

Y sin embargo, ahí sigue, con sus ademanes populacheros, con sus osadas y falsas manifestaciones y con su provocación constante a su gran líder: Mariano Rajoy.

Se trata de personajes nefastos que han hecho mucho por si mismas y por sus amiguetes, por su propia estima, consideración y sus propios intereses. Y ahí están, hoy son noticias de primera página: Una alcaldesa chulesca imputadísima, una Infanta presunta delincuente y una lideresa desvergonzada, mentirosa y barriobajera, tres alhajas en un mismo día. ¡Hay quien dé más!

Salud y República