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Angela Crickmore, de Brasil, alcanzó el propósito de rebajar ochenta libras, hasta adelgazar y perder la panza, pero perdió a su esposo que dejó de ver en ella los atributos y encantos de los que se enamoró. La pareja se divorció, conforme a un reporte de El Diario NY.
El hombre añoraba sus mazas y a su gordita de quien se divorció tres años atrás.
Así es la vida, todo según el color del cristal con que se mire. Para los gustos se hicieron los colores, pero ella había optado por el fisiculturismo, con todo su derecho.
Datos tomados de: PrimeraHora.com
Editado en Neiba, Cabecera de la Provincia Bahoruco, República Dominicana. Contacto: herasmeinteractivo@gmail.com