Es un ingrediente muy fácil de digerir, por lo que no daña al estómago y está recomendado para dietas. Igualmente es rico en nutrientes y no contiene gluten, covirtiéndose así en un alimento ideal para celiacos. Es una semilla, pero debido a su aspecto muchas veces se puede usar como si fuera un cereal. Sus calorías están en forma de hidratos complejos y contiene ácidos omega 6 y omega 3. Y, además, es muy rica en fibra y en magnesio.
Desde época ancestral ha sido usada como medicamento en los Andes. Hoy en día es un alimento a tener en cuenta para celiacos (no gluten), vegetarianos (protéico), personas con problemas de extreñimiento (fibra) y deportistas (hidratos).
La podéis consumir de muchas maneras desde tal cual hasta hervida; en frío o en caliente; en ensalada o de acompañante de otro plato principal… Experimentad y descurbrid cómo os gusta más.
¿Cómo la preparáis vosotros? Podéis conocer más sobre ella en nuestra Enciclopedia Cocinista.