La radio y yo. Tenemos un vínculo indestructible, de esos que no se rompen nunca. Por mucho que mi vida laboral me lleve por otros derroteros, al final siempre vuelvo a sus brazos aunque sea para colaborar con secciones de viajes esporádicas. Y eso, precisamente, es lo que llevo haciendo, desde hace un tiempo, con Cosas que Pasan, el programa que presenta José María da Silva en Canal Extremadura Radio. Os dejo algunos de sus sonidos. Pasen y escuchen. Viajen.
Cuando pones el pie en Como no te imaginas lo que vas a disfrutar allí. Al acercarte al lago, tomar el barco y adentrarte en el agua, entre montañas, descubriendo sus minúsculos pueblos, empiezas a ser consciente de lo especial que es este lugar, a pocos kilómetros de Milán.
Oslo es una de mis ciudades preferidas y no sabría explicar exactamente por qué. Allí fui la primera vez que viajaba (por placer) sola y supongo que tendrá algo que ver.
No recuerdo las veces que he estado en Londres, una ciudad que no dejas de descubrir nunca.
Al atardecer, en invierno, las grullas cubren el cielo de Gallocanta. Un espectáculo único que transforma el paisaje y nos ofrece la naturaleza.
Una ginja en la Baixa, la Sagres en un mirador, los pasteis de Belem con café y un arroz caldoso. El sonido del fado en la Alfama o en el Barrio Alto nos ambienta la noche lisboeta. Todo muy melancólico. Es la “saudade” de Lisboa, pero ¿se puede ser más feliz en algún otro lugar del mundo?
La ciudad te empuja a su barullo. Imposible escapar de él, del ruido de los zocos, de los artistas de la plaza de Yamma el Fna, de los puestos de comida. Salvo que encuentres el refugio nocturno de tu riad o un buen hamman. Marrakech es otro mundo.
Y en 2014, seguiremos viajando
Vigeland Park, Oslo
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