Es ya noche cerrada cuando llegamos a Chaves. La vieja y legendaria Aqua flaviae de los romanos. Una zona mágica de la Raya, esta que une Orense, Zamora y Tras os Montes. Llena de aguas y vacía de gentes. Como ya uno no puede viajar sin los consejos de la red, nos alojamos muy formales en un recoleto hotel llamado Katia. Salimos a recorrer la ciudad, una pequeña capital de provincia rayana con un caso hermoso y señorial, como corresponde al país. Callejeando la ciudad acabamos en la Adega Faustino. Una nave reconvertida en restaurante. Varias parejas cenan una al lado de la otra mientras miran la televisión. Nosotros, que somos tres amigos, cenamos para charlar. Al acabar nos tomamos una copa enfrente. Un mundo lánguido, el portugués, en el que aún se puede fumar en los bares. Un par de gintonics y a dormir. Mañana nos tocan los pueblos promiscuos.