La raya verde

Por Baluarte

La raya verde, que se conserva actualmente en el Museo Estatal de Arte de Copenhague, es un retrato realizado en 1905 por Henri Matisse, el artista más importante del fauvismo. El título hace referencia a la amplia pincelada de verde brillante que define la frente y la nariz de la mujer retratada.


El elemento fundamental de La raya verde es el color. Matisse dibuja con el color, suprime las sombras y las sustituye por colores puros, fuertes y brillantes. El color lo es todo: configura los planos y el espacio. El modelado casi ha desaparecido y la línea, siempre con carácter sinuoso, sólo aparece cuando se hace irremediablemente necesaria.


El autor emplea colores vivos, aplicados con violencia sobre la tela y de manera arbitraria en relación a la naturaleza (rostro verde, por ejemplo). Sin embargo, la obra no provoca desasosiego ni aturdimiento en el espectador, sino que, a través de la estridencia cromática, Matisse transmite una cierta armonía. Quizá contribuye a ello el esmerado equilibrio de color entre las manchas verdes y las rojas.

El retrato está trabajado a base de grandes áreas de color puro en las que se adivina una cierta influencia de Gauguin, de Cezanne y de Van Gogh. De hecho, el fauvismo hunde sus raíces en la corriente postimpresionista.Matisse proyecta en éste y en todos sus retratos su propia fantasía, lo que le permite deformar el modelo mediante el color y el trazo, así como eliminar prácticamente la psicología del retratado.


Henri Matisse nació en la segunda mitad del siglo XIX en el norte de Francia, en el seno de una familia de clase media. Aunque estudió Derecho, se sintió atraído por la pintura y entró en la Escuela de Bellas Artes de París en 1892. Analizó la pintura de los impresionistas y adoptó la técnica puntillista.

De esta manera comenzó a experimentar con el color, a base de yuxtaponer pequeñas pinceladas de pigmento puro para crear poderosos efectos cromáticos visuales. Hacia 1905, fecha en la que realizó la obra que nos ocupa, modificó la técnica puntillista concediendo mayor amplitud a la pincelada. El resultado fueron atrevidas obras pictóricas que rompieron con la tradición anterior: era la auténtica liberación del color. Precisamente por la estridencia cromática, este grupo de artistas fue bautizado como los fauves, que en francés significa “fieras”.


El fauvismo fue el primer movimiento artístico revolucionario del siglo XX. No constituyó una escuela artística con un programa elaborado, pero agrupó a un considerable número de pintores (Matisse, Derain y Vlamink, entre otros) que elaboraron una pintura entusiasta y apasionada