Le dijeron que no había dioses, ni mitos ni ritos, ni cielos ni infiernos, ni siquiera que se fiara de su imaginación, de sus emociones o de su intuición, y mucho menos que creyera en la magia.Y se quedó sola la razón razonando.Y se murió de pena.Pero no soltó ni una lágrimaReyes Adorna
Le dijeron que no había dioses, ni mitos ni ritos, ni cielos ni infiernos, ni siquiera que se fiara de su imaginación, de sus emociones o de su intuición, y mucho menos que creyera en la magia.Y se quedó sola la razón razonando.Y se murió de pena.Pero no soltó ni una lágrimaReyes Adorna
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