La re-reelección es un hecho

Publicado el 05 marzo 2013 por Colombatto

Para debatir este tema hay que apuntar más alto porque no es simplemente una cuestión de pasión por el poder personal, del kirchnerismo o una encrucijada nacional.

Más allá de que ella misma lo diga, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner es una apasionada del debate y brillante en la oratoria. Así lo demostró en su largo discurso para abrir las 131 Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional y que transmitió en cadena nacional e internacional (Telefé, Grupo Clarín, América, C5N, TeleSur, etc.).

Entre los temas que abordó estuvo el seguimiento a la causa DAIA-AMIA-Embajada de Israel desde los años que ella era diputada nacional, las leyes nacionales que se deben cumplir y el efecto rebote internacional en el conflicto con los fondos buitre, y las “chicanas” jurídicas que algunos aprovechan aplicando medidas cautelares que dilatan juicios por décadas.

Amanecía el 01-03-2013 con una nota del diario La Nación reproducida en Yahoo.com, vocero del Grupo Clarín, que transcribo a continuación y remarco la calificación provocativa (no informativa):

Tal vez no haya que esperar al mensaje con el que Cristina Kirchner abrirá las sesiones del Congreso para saber hacia dónde quiera llevar a la Argentina. Tres hechos producidos en los últimos cuatro días dan cuenta de cuáles son los rasgos del nuevo orden cristinista, autocondenado al aislamiento”.

“Esos tres episodios son la aprobación parlamentaria del acuerdo con Irán, el anuncio del gobierno argentino de que no está dispuesto a cumplir con una sentencia de jueces estadounidenses que sea favorable a los fondos buitre, y las declaraciones de la procuradora general de la Nación descalificatorias de la justicia argentina, que servirán de prólogo al proyecto de “democratización judicial” del Poder Ejecutivo”.

“Los tres hechos resumen la situación de un gobierno que ha quedado atrapado dentro de su soberbia. Una soberbia casi propia de un presidencialismo imperial“.

Durante enero y febrero la prensa opositora (no informativa ni crítica, sino opositora política) había reducido notablemente su virulencia. En las notas del diario La Nación, los lectores opinantes habían dejado de insultar y las expresiones se habían mostrado equilibradas (mitad a favor del gobierno y mitad en contra). La pelea por televisión también se había tomado vacaciones.

Apenas se enteraron del contenido del inminente discurso de la presidenta en el Congreso Nacional reactivaron la virulencia y volvieron a la carga defendiendo intereses extranacionales y provocando broncas contra este gobierno que, gracias a él, muchos pobres han hecho turismo por primera vez, están construyendo/ampliando su propia casa y comprando “por los ojos” y no según el bolsillo. La prensa no lo dice, pero basta con salir a las rutas los fines de semana, caminar los barrios o recorrer los supermercados para notar cómo gasta la gente. Lo digo porque lo veo, más allá de lo que diga “la gente”.

¿Entonces?

Entonces la pelea es entre los de arriba, quienes mandan a sus fuerzas de choque tanto a los programas televisivos como a opinar en los sitios noticiosos vía Internet. Farándula. No más que farándula, para entretener a la “piojería”, como diría Osvaldo Bayer.

La presidenta aseguró en su discurso que no va a modificar la Constitución Nacional, y quienes añoran con sacarla del gobierno se apresuraron a “interpretar” que entonces no habrá re-reelección. Para esta traducción debieron sacar de contexto la frase, pues se estaba refiriendo a la democratización de la justicia, para que el Grupo Clarín deje de burlarse de la ley y finalmente deba desmembrar su pseudo partido político opositor desde los medios.

Apenas habían pasado cuatro horas desde que terminara su discurso cuando el abogado Alejandro Fargosi, miembro del Consejo de la Magistratura, ya se oponía efusivo a la democratización de ese organismo por medio del voto popular, y lo hacía desde el canal TN (cuándo no). Pocos minutos después, Rosendo Fraga (mismo medio) aseguraba que la presidenta “va a atacar a la justicia”.

El resto del día, los noticieros que dependen del Grupo Clarín repitieron una y otra vez que la presidenta (la de los porteños y la del resto del país) no había hablado sobre la tragedia de Once. Pues yo soy argentino y ni me importa, viva en Jujuy, Corrientes o Ushuaia. Además, aunque viva en CABA, si no tengo relación con los damnificados ni con el servicio, pues tampoco me interesa, ergo, no es tema que deba abordar un presidente de todos los argentinos. Ahí está el meollo: para estos difusores de dolor y bronca, la importancia de los sucesos depende de cuánto les afecte a ellos y cuánto puedan dañar al gobierno que (a ellos) no les conviene.

El otro gran tema de estos días es el empresario Marcelo Tinelli, quien aparentemente se quedó sin espacio televisivo. Esto es una mentira gigantesca pues con el 30% de audiencia ni remotamente dejará de cosechar sus abultadas ganancias por discutir con algún empresario.

Muchas veces nos han dicho que para entender la realidad se necesita leer entre líneas, o atender a la “letra chica” en los contratos, y en este tema se hace fundamental. Tinelli nunca se manifestó anti-k y el hombre cautiva audiencia como ninguno en este país, o sea que políticamente es muy rentable.

Visto así, entiendo que la estrategia del gobierno es volver a la carga contra el Grupo Clarín (democratizar la justicia y así evitar las “chicanas” que usaron para negarse a cumplir la ley de medios) y al mismo tiempo usar el trampolín-Tinelli para reinstalar la re-reelección presidencial.

¿La intención de Cristina F. de Kirchner es perpetuarse en el poder por el poder mismo?

Hay que apuntar más alto para entender este objetivo.

En Venezuela seguirá el chavismo, con o sin Chávez. En Ecuador sigue (y seguirá) gobernando Rafael Correa. En Bolivia a Evo Morales lo confirmarán sucesivas votaciones. En Brasil la dupla Lula-Dilma se turnará por muchos años más. Faltan Uruguay y Argentina para luego avanzar en Colombia, Perú, Chile y Paraguay. Los estrategas de la Patria Grande no se están reuniendo para organizar encuentros literarios, y en este tablero político, la prensa golpista digitada desde EE. UU. es el mayor obstáculo dentro de cada país.

Ya vimos que en Bolivia en 2012 se modificó la elección de magistrados y se hizo por el voto popular (primer caso en el mundo, según dijo el propio presidente Evo Morales), y en estos días se está recordando el Caracazo ocurrido en 02-1989 y para enjuiciar a los culpables se designó la llamada “Comisión de la Verdad”. ¿Será coincidencia que el atentado en Buenos Aires contra los judíos haya ocurrido hace unos 20 años y también se haya organizado una “Comisión de la Verdad”?.

Dentro de su ámbito de poder, cada integrante de la Patria Grande aplica la estrategia que considera conveniente, pero existe un objetivo macro a cumplir. En nuestro país, reducir la injerencia del Grupo Clarín y reformar la Constitución Nacional, son peldaños necesarios para cumplir con los socios de UNASUR, que simultáneamente (y en bloque) se están expandiendo al Caribe (CELAC), África (ASA) y China (FOCALAE).

En los hechos, los más preocupados son los imperialistas y por ello usan a empleados jerarquizados (medios de prensa serviles) como puntas de lanzas para desmembrar esta peligrosa alianza multinacional.

Visto así, la tragedia de Once y otros temas similares son chauchas (monedas de poca monta) para el gobierno nacional y directamente no existen para la estrategia continental.

Ahora imaginemos a Miguel Del Sel o Hugo Moyano dentro del gobierno, como presidentes o simples diputados nacionales. ¿Acaso tienen capacidad para entender la política macro? Esto también es farándula.

¿La re-reelección? Es un hecho dentro de los países asociados y deberemos considerarla como tal porque, por primera vez en la historia continental, no es un deseo del gobernante sino un pedido de los demás mandatarios.

Algunos opinan con el mapa a la vista, mientras otros apenas ven el terrenito. Es una cuestión de distancias… y gafas.

Luis Colombatto