Grupo ThinkEPI
SE DEFINE la realidad aumentada como la combinación de elementos virtuales sobre la realidad. Estos elementos virtuales pueden ser textos, imágenes, sonidos o vídeos. A diferencia de la realidad virtual, la realidad aumentada contiene una mayor dosis de realidad que de virtualidad.
Aunque se remonta a finales de los años sesenta y son muchas otras formas en que se materializa, la realidad aumentada se está popularizando estos últimos años gracias a los smartphones, teléfonos que incorporan cámara de fotos, sistemas para detectar la posición y conectividad 3G. La combinación de todos ellos hace posible capturar la realidad: Los detectores de posición y la brújula permiten determinar la posición exacta del dispositivo y, en función de esos parámetros, recibir los datos pertinentes.
Todo ello gracias a la aplicación adecuada. El resultado final se puede visualizar en la pantalla del dispositivo y supone una mezcla de la imagen capturada por la cámara y los datos reales.
Sus utilidades son variadas (Pablo Lara exhibió algunas de ellas en la presentación del Anuario ThinkEPI 2010, ante la sorpresa del público), y van desde el más puro entretenimiento a simulaciones de carácter educativo, pasando por aplicaciones profesionales y especializadas.
Este texto se va a centrar sin embargo en una de las aplicaciones más cotidianas, la que emplea información basada en localización, y que puede servir para fines turísticos o informativos (visitar una ciudad y ver información acerca de los lugares más representativos, o de las obras de un museo), servicios (localizar una gasolinera, los mejores restaurantes cercanos o los próximos eventos culturales), para visualizar contenidos geolocalizados (las imágenes de Panoramio o los micro-textos de Twitter, por ejemplo), o simplemente para jugar.
Sirva para ilustrarlo este vídeo. Su utilidad práctica es evidente, aunque quizás más que una utilidad se trate de una forma de visualizar la información: los mismos contenidos se pueden ubicar sobre un mapa de Google (de hecho, los navegadores de realidad aumentada ofrecen también esa opción de visualización), pero la forma de representación es atractiva y aporta elementos como edificios, calles, carteles u otros puntos de referencia visuales que nos sirven para ubicarnos mejor en un espacio.
¿Quién no se ha perdido alguna vez con un mapa en la mano?
Para que todo ello funcione se requiere una aplicación específica, el navegador de realidad aumentada, cuyos contenidos se organizan en capas, cada una de ellas con datos diferentes, entre las que el usuario puede seleccionar en función de su interés.
Navegadores de realidad aumentada son Wikitude, Layar, Junaio, Acrossair y Sekai Camera, todos ellos gratuitos, funcionan sobre iPhone y Android, fundamentalmente, en ocasiones también en otras plataformas. Si bien tienen puntos en común entre sí, cada uno tiene sus peculiaridades.
Los datos que emplean los navegadores de realidad aumentada proceden de tres fuentes:
1. Colaboración directa, o lo que se denomina etiquetado del mundo. Navegadores como Wikitude, Junaio o Sekai Camera permiten introducir en el momento, directamente a través de la aplicación, comentarios geoetiquetados.
2. Colaboración indirecta, mediante la participación en otros servicios. Si algo nos han enseñado los servicios de la web social es a reutilizar los contenidos geoposicionados procedentes de la inteligencia colectiva. Así, se aprovechan datos procedentes de Google Local, Wikipedia, Twitter, Panoramio, Flickr, YouTube, Foursquare, Yelp…
3. Creando capas de datos que contengan información geolocalizada, como la denominación del punto de interés (POI), una descripción (se puede incluir un texto explicativo, URL, dirección o teléfono, por ejemplo), un icono representativo y, por supuesto, coordenadas. La opción de aportar capas de datos en los navegadores de realidad aumentada suele estar abierta a desarrolladores externos y requiere conocimientos de lenguajes de programación, intercambio de datos y sistemas de bases de datos, pero también hay soluciones sencillas, aptas para todos los públicos.
Veamos a continuación algunas de ellas.
Cada navegador de realidad aumentada funciona de manera diferente, así que cada uno ofrece soluciones distintas para la introducción de capas. En todos los casos es imprescindible crear una cuenta de desarrollador en el navegador primero.
1. Wikitude permite subir ficheros con datos geolocalizados en formatos KML (basado en xml, se puede generar directamente desde Google Earth) y ARML a través de Wikitude.me.
2. A través de servicios como Hoppala, se pueden introducir POI en el navegador Layar, con la facilidad de que los puntos se señalan directamente sobre un mapa. En este caso es necesario crear además una cuenta en Hoppala, diferente de la cuenta de desarrollador.
3. Más original es la propuesta de Junaio, que permite agregar vídeo y 3D a través de una interfaz con formato de formulario.
Y todo esto, ¿para qué?
Imaginemos recorrer nuestra ciudad o comarca y visualizar a través del móvil información sobre la historia de los lugares más representativos, sobre los puntos de servicio de nuestra red, lugares o edificios literarios, imágenes de nuestro fondo local relacionadas con el lugar en que nos encontramos, los hoteles, restaurantes y el lugar de celebración de un evento (como en el último Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas), las próximas actividades culturales o los puntos donde podemos conectarnos a una red WiFi.
Información en contexto, en el lugar en que nuestros usuarios la necesitan, que les llega directamente a la palma de su mano y visualizada de una forma original.
Cómo citar este artículo:
Arroyo-Vázquez, Natalia. “La realidad aumentada al alcance de todos: creando capas de datos geolocalizados”. Anuario ThinkEPI, 2011, v. 5.
11 enero, 2011 Por Natalia Arroyo-Vázquez
en Notas ThinkEPI 2011
Anuario ThinkEPI, editado por el Grupo de Estrategia y Prospectiva de la Información (ThinkEPI), está bajo una Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported License. Obra publicada en www.thinkepi.net.