El Barrio de Salamanca, Moncloa-Aravaca, Chamartín o Chamberí son algunos de los centros neurálgicos de las manifestaciones ilegales orquestadas por la extrema derecha y alentadas por el Partido Popular. La llamada “Rebelión de los Cayetanos” no ha dejado de crecer desde que el barrio de Salamanca, zona noble de Madrid, se levantara ante las restricciones del gobierno de coalición PSOE y UP. “La izquierda tuitera –recuerda Víctor Lenore en Vozpópuli–, ha ridiculizado las protestas de la ‘revuelta cayetana’, en alusión al himno de Carolina Durante, una de nuestras bandas indie-pop con mayor proyección comercial. ¿Estamos ante una canción protesta? Más bien se trata de un pepinazo pop que retrata con versos ácidos a los cachorros de la clase alta española y su suave deslizar por la vida entre los millones de papá y los contactos de mamá”. Pero, mientras ellos gritan “libertad”, en los barrios obreros las colas en los comedores sociales se hacen cada vez más grandes. Desde Vallecas, uno de los distritos de clase trabajadora más significativo no sólo de Madrid sino de España, respondieron a la “Rebelión de los Cayetanos”, de los “Borjamaris” o de los “pijos”. Y, cuando éstos, se atrevieron a levantar su voz desde Vallecas, se encontraron con que los vecinos, orgullosos de pertenecer a la clase trabajadora, les respondieron con un rotundo “aquí no caben los fascistas”. José Antonio Gómez así lo explicaba el pasado domingo con total claridad en Diario 16: “Este orgullo de clase y de repulsa al fascismo o a las manifestaciones promovidas por la extrema derecha también deja un lado preocupante: el enfrentamiento entre la clase que más está sufriendo la crisis del coronavirus contra estos nuevos activistas de los barrios ricos que gritan ‘libertad’ sin respetar las medidas de protección social y sin saber, en realidad, lo que significa esa palabra. Ni la extrema derecha, ni sus representantes políticos, ni los peones utilizados por la propaganda, los bulos y las mentiras, conocen lo que es la libertad y, por lo tanto, no son dignos de reclamarla porque son defensores de lo contrario. 40 años de dictadura fascista dieron muestras suficientes de lo que está defendiendo Vox y los que se envuelven, como el rebozado de un cachopo, en los símbolos de todos y todas. España es el pueblo, España es la gente. El patriotismo no se encuentra en luchar por los privilegios de los ricos, sino en todos los españoles y todas las españolas que viven en una situación de igualdad que no permita que nadie, por muchas banderas en las que se envuelvan, ponga en peligro la salud y la vida del resto. Eso se llama conciencia social y, de momento, sólo la clase obrera la está demostrando, a pesar de las necesidades que están pasando las familias trabajadoras y de su responsabilidad con toda la sociedad, no sólo con la privilegiada. La razón es obvia. Los que ahora gritan libertad sólo temen por su dinero. Mientras que la clase trabajadora teme por lo más importante y lo único que hay que defender en estos momentos: la salud y la vida”.
Lo escribía José Antonio Gómez: “No se trata de clasismo o de estereotipos, es que son así. Los ricos que se están ‘levantando’ contra el Gobierno, incumpliendo en su legítima protesta con las mínimas normas de distanciamiento social para evitar contagios, no pueden evitar alardear de quiénes son, de lo que tienen y de su poder económico. En un vídeo difundido por la diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, se puede ver cómo, en medio de las concentraciones de la ‘Rebelión de los Cayetanos’, aparece un Mercedes descapotable con un hombre, con el jersey al cuello (no podía faltar), sentado en el asiento trasero y con un megáfono en la mano gritando ‘Gobierno Dimisión’. El coche va conducido por un chófer. Y ¿para qué quiere este representante de las clases dominantes que dimita el Gobierno? ¿Para implantar una dictadura económica que someta aún más a la clase trabajadora? Cada cual puede tener razones para protestar contra el Ejecutivo de coalición progresista, pero, en este caso, se están utilizando cuestiones de conciencia de clase que se resumen en que las élites no soportan que se puedan aplicar políticas basadas en la justicia social y en la justa redistribución de la riqueza. Seguramente, muchos de los que están participando en esta ‘Rebelión de los Cayetanos’ pertenecen a esa clase de patriotas que están aprovechando para sacar su dinero de España porque piensan que su clase no tiene por qué contribuir a la riqueza nacional, al desarrollo de la patria. Patriotas de hojalata, patriotas de pulserita, patriotas que sólo creen en la patria del dinero”.
Las movilizaciones también se han replicado en otras ciudades como Logroño, Toledo, Castellón, Guadalajara, Salamanca, Valladolid, Oviedo, Zaragoza... Un millar de personas protestó en Valencia contra la gestión del Gobierno. Fue el pasado martes en torno a las nueve de la noche en pleno paseo de la Alameda, frente al cuartel del Ejército de San Juan de Ribera. En el arriado de la bandera de España, so oyeron corear gritos de protesta contra el Gobierno y exigir la dimisión de su presidente. El acto contó con numerosa presencia policial —en la calle y desde el aire con un helicóptero— para evitar que los asistentes, la mayoría con banderas de España y coreando “¡Sánchez, dimisión!” y “¡Viva España!”, incumplieran las medidas de distanciamiento social que establece el Estado de alarma, sin que se produjera ningún incidente. Entre los asistentes se encontraba el diputado de Vox en Les Corts Valencianes José María Llanos y, tras el arriado de la bandera y una vez sonado el himno de España, los asistentes se dispersaron. Durante la protesta en Valladolid, varios ciudadanos pasearon por varias vías de la ciudad una bandera de gran tamaño, en torno a las calles Muro y General Ruiz, mientras proferían vivas a España y pedían la dimisión del Gobierno.
En Madrid, la décima jornada de concentraciones y caceroladas contra el Gobierno socialista estuvo marcada por un amplio dispositivo policial que evitó el cierre de la calle Ferraz, sede del PSOE, o el enfrentamiento entre grupos en la localidad de Alcorcón. La jornada del martes vino precedida por el enfrentamiento político con cruce de declaraciones entre el presidente de Vox, Santiago Abascal, y el vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Abascal hizo un llamamiento para que las caceroladas sonasen “más que nunca” y el Gobierno escuchase el “clamor” de los ciudadanos frente a una “dictadura camuflada de alarma”. Por su parte, Iglesias mostró su preocupación por una generalización de la crispación que llevó a algunos a manifestarse frente a su casa o la del ministro Ábalos y alertó: “Esto se sabe dónde empieza, pero no dónde acaba”. El martes, en Galapagar, un tramo de la calle donde se encuentra la casa de Iglesias y la ministra Irene Montero fue cortado al tráfico por agentes de la Guardia Civil. Se reforzó la seguridad en las cercanías del chalé. Pero las protestas se saldaron sin incidentes. Su compañero de partido, Pablo Echenique, opinó sobre este asunto: “El ir a por la familia de la persona a la que quieres amedrentar es un clásico de la mafia. La gente de Podemos lo hemos sufrido desde el principio. Hoy mismo el tabloide de Pedro J. explica que se anda buscando dónde vivo para luego enviar sicarios mediáticos a acosar a mi familia”.
Varios ministros, entre ellos el de Transportes, José Luis Ábalos, del PSOE, sufrió también escrached en su domicilio.La Policía Municipal de Madrid localizó el pasado fin de semana 225 fiestas en domicilios y 13 botellones en diferentes distritos de la capital a pesar de las medidas del estado de alarma contra el coronavirus, según informan a Efe fuentes municipales. Desde la noche del jueves hasta la del domingo los agentes municipales recibieron un centenar de llamadas de quejas vecinales por pequeños botellones en los distintos distritos de la ciudad, de los que ha podido comprobar 13. Además, en esas mismas noches se atendieron 609 llamadas por quejas en domicilios por ruidos o fiestas, de los que pudieron comprobar 225. En el resto de los casos al llegar la Policía Municipal ya no había tal botellón ni los ruidos ni las fiestas. Este domingo la Policía Municipal de Madrid levantó 2.004 propuestas de sanción, pero no detuvo a ninguna persona. Los agentes interceptaron a 39 vehículos sin autorización para circular. El sábado los agentes municipales levantaron 1.375 propuestas de sanción, detuvieron a dos personas e interceptaron a 26 vehículos sin autorización para circular. Fue Puente de Vallecas el distrito donde más multas se iniciaron, seguido de Villaverde y, en tercer lugar, Usera. mayo.
La semana anterior los agentes municipales recibieron 400 avisos por fiestas en domicilios y localizaron 97 botellones en diferentes distritos de la capital.Hazte Oír, grupo ultracatólico, está detrás de la promoción y coordinación de las caceroladas contra el Gobierno de España por la gestión del coronavirus. Así se desprende del estudio publicado esta semana por ElPlural.com respecto al portal gobiernodimision.net /protestas, en el que se recogen y difunden las protestas que han roto la unidad social del país. Además de difundir las caceroladas, Hazte Oír promueve una serie de peticiones, entre las que se encuentra una titulada “Gobierno Dimisión", la cual piden apoyar con firmas para “hacer caer” al Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez. Dicha iniciativa se creó el pasado 15 de mayo. El autor de la iniciativa es Javier de Villamor Cantera, el periodista que coqueteó con un partido nazi, se pasó a Vox y se enfrentó con Cristina Pardo. En junio del 2019, Villamor protagonizaba un sonado encontronazo con la periodista de laSexta. En aquella ocasión se presentó en el programa como portavoz de Hazte Oír y se enzarzó en una pelea dialéctica con Pardo a cuenta de las prácticas de reconversión LGTBI, que Villamor defiende. En la actualidad, además de ejercer como activista de Hazte Oír, Villamor colabora en ocasiones con HispanTV e Intereconomía. En cuanto a su relación con Vox, Villamor reconoció a ElPlural.com que hay 'simpatía': “Soy afiliado y me parece muy interesante su propuesta política”.
“¿Qué dice la derecha cuando dice “libertad?”, se pregunta Eduardo Sánchez Gatell en un artículo de Nueva Tribuna del que entresacamos los siguientes párrafos: “Observamos con cierto estupor un uso cada vez más frecuente del término libertad por parte de la extrema derecha. En las manifestaciones que estos días se están produciendo en diferentes puntos de la de España se escucha el grito libertad. ¿Qué significado tiene para ellos esa palabra? Detrás de este grito que se acompaña en estos días de golpes de cacerola y tintineo de joyas se oculta la esencia del credo neoliberal: el rechazo de cualquier proyecto colectivo, de cualquier acción solidaria, de toda forma de comunidad. No debe sorprendernos el uso del término por parte de los ricos, su apropiación para justificar la revolución de los pijos. Se trata del ejercicio descarnado del individualismo más feroz, llamando libertad a impedir una salida de la crisis en la que, como repite Pedro Sánchez, no quede nadie atrás. Libertad es, para ellos, libertad de comercio. Que cada cual se las componga. La rebelión de los ricos se corresponde con las propuestas neoliberales, cada vez más frecuentes, de supresión del Estado de Bienestar, de los servicios públicos, de las prestaciones sociales, no es otra cosa que el intento de convertir el trabajo en una mercancía más, de someterlo a la oferta y la demanda sin protección alguna porque perciben la protección como una amenaza para la sociedad de mercado. La reacción ciudadana a la crisis sanitaria y social en la que estamos inmersos ha encendido las alarmas de la derecha: se han producido inmensas olas de cooperación, de ayuda, trabajadores sanitarios y otros muchos que no han atendido a horarios ni contratos, aplausos que han hecho encontrarse a desconocidos hasta ese momento a través de los balcones, apoyo mutuo, defensa de lo público… ,se han puesto de manifiesto los riesgos de la políticas privatizadoras, las debilidades de la sociedad de mercado, la necesidad de la planificación y el aseguramiento de ciertos bienes imprescindibles para la supervivencia de las personas, la salud, la alimentación, la educación, la vivienda. La derecha neoliberal, toda la derecha en este momento, ha constatado que la falsedad de sus dogmas se hacía evidente para todos, su reacción no es otra que la reacción rabiosa del fracaso. Pueden (y de hecho necesitan para evitar sinergias solidarias) negar la pobreza o el cambio climático, amenazas que se sentían por muchos como lejanas, pero la pandemia ha sido demasiado evidente, demasiado presente en cada uno de nosotros como para negarla”.
Caceroladas de la derecha contra el Gobierno, ampliadas en los medios de difusión por toda la Comunidad de Madrid, así como en otras regiones.
La “revolución” de los pijos buscan, según El Despacho de Abogados W. & T., el levantamiento del Estado de alarma para tener a los trabajadores y empleadas del hogar a pleno rendimiento. “Al estilo Trump, Bolsonaro... los ricos españoles piden que no exista ninguna restricción contra la pandemia del coronavirus, para que los trabajadores (‘escoria desechable’ como ellos los llaman) muevan las máquinas arriesgando su vida para que ellos engorden. Los pijos ahora están aprendiendo a limpiarse el trasero. Y muchas empleadas del hogar han decidido (con la protección del Estado), no acudir a sus puestos de trabajo. ‘No vamos a agrisar nuestras vidas por un miserable sueldo’ dice una trabajadora del hogar. Por ello, los pijos están rabiosos, y han salido a las calles con son sus cacerolas de marca, con coches descapotables con chófer, a gritar ‘Comunistas, asesinos’, ‘Gobierno Chavista, dimisión’... Estas ‘protestas’ tienen por objetivo nublar el gran trabajo que el gobierno progresista viene desplegando para proteger a los más desfavorecidos, formando un escudo social sin precedentes para apoyar a los trabajadores, autónomos... y a los pobres (‘parásitos’ cómo los llaman los pijos). Esta es una lucha de clases: ‘La moderna sociedad capitalista, que salió de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase, solo ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas. Nuestra época, la época del capitalismo, se distingue, por haber simplificado las contradicciones en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado’. (Lenin).
Anochecer en Mallorca.
El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, B. Vergara, Eneko, Manel F, Pat, Enrique, Atxe, Ferranmartín, Morga, Javirroyo, Miki y Duarte…
Clase alta en lucha. Sobre las caceroladas y protestas en barrios como Salamanca.
Pep Roig, dese Mallorca: Mascarilla para toda la familia, El poder del poder, Lo esencial, Cuando no saben, La élite libertaria…
Los vídeos de esta semana:
Cacerolada en la Plaza de La Moraleja, sábado 16 de mayo de 2020
Un millar de personas protestan en Valencia contra la gestión del Gobierno
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, asegura que las protestas en el barrio de Salamanca, contra la gestión de la crisis sanitaria del Gobierno central son "una medida de protesta pacífica" y ha defendido su celebración mientras cumplan "la normativa del estado de alarma".Almeida defiende las caceroladas del barrio de Salamanca contra el Gobierno
Carolina Durante - Cayetano (Videoclip)
Miguel Charisteas: Caye Borroka #CovidNews
Vallecas responde así a las caceroladas: "¡Dónde estáis cuando nos desahucian!"
La voz de Iñaki Gabilondo | 18/05/20 | ¿Precaución sanitaria o castigo político?
Polònia - 21/05/2020