La receta de Cospedal es un giro hacia la decencia

Publicado el 01 septiembre 2011 por Franky
Las recetas impuestas por la popular María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla la Mancha, una mezcla dura de austeridad y ética política, es un giro que conduce no sólo a la recuperación de la economía, sino también a la dignidad de la política, a la recuperación del prestigio del liderazgo y a la decencia de una sociedad castellanomanchega que, conducida por sátrapas insensatos como Bono y Barreda, había deambulado durante demasiados años por las rutas de la decadencia, el abuso de poder, el despilfarro y la ruina económica y ética.

Nada menos que 500 liberados sindicales, parásitos innecesarios, van a perder sus privilegios, una medida que se une a la liquidación de la televisión oficial, la venta de inmuebles y la supresión de cargos públicos parásitos y de coches oficiales innecesarios. El plan de ajuste pretende además eliminar administraciones paralelas en la comunidad autónoma, lo que conlleva la supresión de la Oficina de la Junta en Bruselas y el Defensor del Pueblo, entre otras instituciones y cargos. De momento, su presupuesto tendrá un recorte del 20%, pero el objetivo es alcanzar el 50%.

Las medidas de Cospedal, que, según la presidente, no incluye reducción alguna en las prestaciones sociales, marcan el camino que debe seguir el PP para salvar a España de la ruina creada por los socialistas y para sustituir la desesperación, la insolvencia y la tristeza actuales por una sólida esperanza de recuperación y regeneración.

Esas medidas, posibles y necesarias en un país arruinado y sin esperanza, demuestran que la política desplegada durante años por las administraciones socialistas conducían al país hacia el fracaso y la insolvencia. El socialismo incrementó los privilegios y ventajas de los suyos e hizo pagar la receta de la crisis a las clases medias, a los trabajadores y al sector empresarial. La política socialista en Castilla la Mancha sólo funcionaba gastando dinero a manos llenas, ocultando las verdaderas cuentas ruinosas, endeudándose hasta la locura y convirtiendo el sector público en un refugio para enchufados, familiares y amigos.