El próximo lunes 22 a partir de las ocho de la mañana empiezan a cortarse los primeros racimos de uvas blancas que formarán parte del vino espumoso Xamprada de la cosecha 2022.
Dará así comienzo la vendimia en la comarca en un año marcado por las olas de calor y las altas temperaturas, así como la intensa sequía de los meses de verano. Esto beneficia el estado sanitario de los viñedos, si bien supondrá una merma en los kilos recolectados.
Las primeras uvas en cortarse son chardonnay, la variedad francesa que desde los años ochenta lucen en la fachada del Palacio y que forman parte del coupage del Xamprada junto con el godello.
Los vinos espumosos elaborados siguiendo el método tradicional o champañés, como es el Xamprada, obligan a una vendimia más temprana porque deberán realizar la segunda fermentación en botella. Como las uvas del Xamprada exigen el máximo cuidado y frescor en la recogida, la vendimia se hará de 8 a 13 horas.
José Manuel Ferreira, enólogo de Prada a Tope, avanza que “hemos tenido un 33% menos de lluvia que el año pasado, y eso marcará la cosecha de 2022, porque las plantas han sufrido más que otros años, con bayas más pequeñas, secándose incluso racimos por el exceso de sol, especialmente en el godello que es más sensible”. Ferreira subraya lo positivo de la climatología que es la parte sanitaria, con un viñedo en perfecto estado de revista, un grado alcohólico ligeramente más alto que el año pasado y un extraordinario potencial en aromas.
La cosecha al final se va a adelantar menos de una semana respecto a 2021, si bien el godello y, sobre todo la Mencía para el maceración de Prada tendrá que esperar a los primeros días de septiembre.
En definitiva, muy buenas perspectivas de calidad de la uva de 2022, si bien queda por delante mucha vendimia en la que la climatología tiene todavía mucho que decir, especialmente si aparecen las lluvias con demasiada persistencia.