Desde el Día D, las fuerzas aliadas estaban luchando para afianzar la cabeza de puente y avanzar hacia el interior de Francia pero estaban estancados. Sin embargo, a finales de julio los aliados consiguieron romper las líneas y los alemanes empezaron a retirarse rápidamente. A partir de ese momento el avance aliado se por la Francia ocupada de hizo a gran velocidad.
Según las memorias del general Omar Bradley, cada división del ejército requería unas 750 toneladas de suministros al día, y había 28 divisiones marchando por Francia y Bélgica. En un solo día, el III Ejército de Patton consumió más de 3 millones de litros de combustible.
Los aliados habían construido un oleoducto que bombeaba combustible desde Gran Bretaña hasta las costas de Normandía llamado Plutón, dividido en dos líneas llamadas Dumbo y Bambi. Pero el problema comenzaba en la costa francesa. Los ferrocarriles en funcionamiento eran en prácticamente inexistentes ya que los aliados y la resistencia francesa destruyeron los trenes y las líneas en los preparativos del Día D. Además, los alemanes todavía tenían los principales puertos de carga de Le Havre y Amberes. Llevar combustible, alimentos y municiones al frente estaba resultando casi imposible. Patton tuvo que detener el avance se su III Ejército su avance por falta de gasolina.
El plan establecía que los camiones circularan hacia el frente en convoyes de no menos de cinco, precedidos y seguidos por jeeps y en algunas ocasiones protegidos por Half-Track artillados, como los M-16 "Picadora de Carne". Cada camión estaba numerado por su posición en el convoy y debían mantenerse a unos 18 metros de distancia unos de otros. Sin embargo, de desde el principio la Red Ball Express se atascó por culpa del el tráfico civil y militar. Para solucionar el problema, el Ejército se apoderó de dos carreteras paralelas que viajaban desde la cabeza de playa de Normandía hasta Chartres, a las afueras de París. La carretera más al norte la usaban los camiones llenos de suministros y la ruta del sur la usaban los camiones vacíos que regresaban a Normandía. La ruta se amplió según los aliados avanzaban sobre París.
la Red Ball Express fue operada principalmente por soldados afroamericanos. Alrededor del 75% del operativo era de raza negra. Esto era debido a la segregación racial existente en el Ejército estadounidense que apartaba a las tropas afroamericanas de primera línea y los asignaba a tareas de apoyo y servicio en el Cuerpo de Intendencia. El trabajo que hicieron los hombres de la Red Ball Express fue admirable.
Al comienzo había escasez de camiones y conductores, por lo que el Ejército incautaba camiones en cualquier lugar y de cualquier tipo. Estados Unidos llegó a producir más de 800.000 camiones de 2 toneladas y media durante la guerra. Los conductores de la Red Ball no fueron seleccionados por su habilidad para conducir, sino por su disponibilidad. Al principio se eligió a soldados que sabían conducir camiones, pero como escaseaban a los que no sabían conducir se les dio un entrenamiento superficial y se les puso al volante de un camión.
Las normas de tráfico se ignoraban constantemente. Era necesario llegar rápido al frente. Los conductores debían ir a 55 km/h pero muchos aceleraban hasta lo que permitía el limitador del camión, que estaba en los 90 Km/h. Muchos retiraron los limitadores de los motores y no era raro que los camiones de la Red Ball Express circularan por las carreteras a más de 110 h/h. Un serio problema para los conductores era la falta de sueño. Un camionero recordó que "Patton quería que comiéramos, durmiéramos y condujéramos, pero sobre todo que condujéramos."
También se sufrieron sabotajes por parte de los prisioneros alemanes que ayudaban en el mantenimiento de los vehículos.
No todo fue ayudar a los soldados en el frente. Para muchos fue tambien un lucrativo negocio. Un bidón de gasolina de 5 galones, casi 19 litros, podía llegar a valer en el mercado negro hasta 100 dólares. De hecho, las prostitutas aceptaban la gasolina como pago por sus servicios, así como cualquier producto apreciado en el mercado negro.
El coronel John Eisenhower, hijo de Ike, el jefe de la fuerzas aliadas en Europa, dijo sobre la Red Ball Express: "La espectacular naturaleza del avance [a través de Francia] se debía en gran medida a los hombres que conducían los camiones de la Red Ball como a los que conducían los tanques. Sin la Red Ball Express, el avance en toda Francia no podría haberse realizado."
Para saber más:Red Ball Express: Supply Line from the D-Day beaches, de Par WareArmy Univertsity Press
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