Revista Opinión

La reforma laboral: ¿de que exactamente estamos hablando? una introduccion al debilitamiento del estado social y del bienestar

Publicado el 24 junio 2010 por Occidental En Lucha @occidentaldecad

En el maremagno que es la política española de los últimos meses y las obligaciones que España parece haber contraído con el resto de países para no comprometer sus economías , especialmente con los inversores privados más importantes e institucionales de los mismos, el Gobierno ha sido obligado a tomar una serie de medidas que ya son archisabidas y comentadas por todos los medios de comunicación : los recortes presupuestarios y la iniciación de una reforma de calado del mercado de trabajo.

Como puede analizarse sin mucho profundizar el ataque a la clase media es total y da en la línea de flotación de derechos adquiridos a lo largo del siglo pasado y principalmente en la postguerra civil.  Es curioso en cualquier caso que el sistema que haya que derribar sea el que ha constituido la clase media española y el que por otro lado haya dado la paz social mas duradera de nuestra historia reciente junto con un desarrollo económico que parece no eclipsó ese sistema.

Pero hete aquí que el paradigma económico ya no es el mismo. Hace menos de 20 años nuestra economía aunque dentro de mercados más globales como el europeo no era globalizada. Tampoco lo es para muchas cosas (como para las políticas autonómicas o locales por ejemplos o los trámites administrativos españoles e europeos) pero si casi prácticamente permeable para los traslados de capitales, inversiones , mercancías y mucho más que hace treinta años para el mercado de trabajo y de recursos humanos.

Esto no vamos a omitirlo aquí tiene algunas ventajas , las del mercado globalizado, y que  se hacen patente en varios hechos de los cuales quiero dejar constancia:

-         La libertad de buscar empleo y por tanto de intensificación de los flujos migratorios en pos de las rentas más altas siempre que se venzan las barreras culturales de entrada o estas sean menores por afinidades culturales y de comportamiento.

-         El acceso a las tecnologías más avanzadas a nivel de consumo y su familiarización lo que permite homologar industrias y también poblaciones en el uso del nivel tecnológico y por tanto su aprendizaje en la infancia lo que aumenta las posibilidades de adaptación y disminuye los desequilibrios en la formación tecnológica básica . Recuerdo todavía los tiempos en que las películas, los aparatos electrónicos debían pasar los controles aduaneros y su entrada en mercado tardaba hasta tres años. Eso indudablemente disminuye de manera considerable los tiempos.

-         Al emprendedor también le supone el tener a su disposición un mercado más amplio para su ideas al igual que al inversor mas opciones de mejorar su rendimiento en rentas de capital sin moverse del sillón gracias a las tecnologías de la información que han acompañado todo el proceso de liberalización y globalización. Al gran empresario y gran plutócrata le permite modificar la localización de su inversiones sin tener en cuenta costes nacionales negativos por la apertura de los mercados.

¿Cuál es el coste de esto sin embargo desde otros puntos de vista? Esta claro que el mundo globalizado es un mundo hecho para las grandes fortunas y los profesionales liberales de mayor caché , que por otro lado provienen generalmente (aunque  con excepciones siempre en el deporte y el ocio en algunos casos) también de las grandes oligarquías o de las clases medias altas. Puede que haya personas oportunistas , geniales o muy emprendedoras que puedan permeabilizar esas membranas sociales de clase y pasar a las superclases pero serán las menos. De hecho la permeabilidad social es mínima y cada vez menor lo que caracteriza a los sistemas en descomposición. Como efecto secundario están los masivos flujos migratorios de países en desarrollo que consiguen hasta cierto punto mejorar la situación en renta de estos países a través de la flexibilidad fronteriza pero crean "submercados" de trabajo en los países destino que disminuyen costes salariales. Su  presion sobre el salario medio oficioso a la baja por incrementos de la oferta de trabajo como el caso del negocio de la construcción y la hostelería  en España con los pingües beneficios de traer mano de obra más barata que la nacional sin tener que deslocalizar la industria (muy costoso o inviable en estos sectores donde la demanda es local) logró de alguna manera impulsar la economía ante una demanda general como la ocasionada por ejemplo por el babyboom en España de 1974. Sin embargo no se cuenta aquí la presión cultural, sobre los impuestos, las prestaciones sociales y los servicios públicos de todo tipo sobreexplotados por la mano de obra irregular y que cotiza muy por debajo del trabajo real realizado para las empresas  que se enriquecen con él (y los políticos de manera indirecta a través de corrupción o impuestos) bajando la calidad de los servicios ofertados de manera enorme.

Así que como el paradigma o modelo económico no es el mismo que el de hace 30 años y la caída salarial oficiosa no es suficiente, una vez el modelo productivo de los servicios locales y de bajo valor añadido se ha demostrado incapaz de absorber de manera permanente esa mano de obra excedentaria y  aposentadas e hipotecadas las generaciones demandantes de vivienda, la conclusión es que el mercado de trabajo oficial también debe cambiar. Debe hacerse tan flexible como el del dinero y las mercancías y eso requiere reducir las rentas de la clase media y por tanto destruirla o empobrecerla probablemente hasta niveles que pierda su independencia económica y finalmente intelectual.

¿Y como se consigue esto?

A través en el caso de nuestra legislación de dos maneras:

-         La primera el encubrimiento de las horas extras evitando su pago con fuertes penalizaciones teniendo como excusa la incentivación del empleo. Esto ya fue hecho en anteriores gobiernos con éxito. La productividad por tanto se incrementa, el empleo apenas aumenta solo en las empresa muy sindicalizadas por tanto mayoritariamente públicas o semipúblicas y bajo contrato temporal  pero no figura en las estadísticas hecho que nunca he visto reseñar en los estudios de productividad españoles (a lo mejor por eso son tan bajos entre otras razones como nuestro tejido productivo de poco valor añadido en el producto).

-         La segunda la disminución de los costes de emplear. Estos son dos:

1)      Las cotizaciones a la seguridad social o los fondos voluntarios de las empresas para las jubilaciones de los empleados. También se efectuó su disminución en anteriores ocasiones incluso en bonanza económica asumiendo el estado esos costes es decir todos los españoles.

2)      Los salarios o los costes del despido que los convierten en un coste de estructura para las empresas o fijos y no variable como desean los propietarios para adaptar o incrementar sus márgenes a la siempre cambiante situación de los mercados y de sus a veces caprichosas políticas (como se ha demostrado en esta crisis).

 Es un daño colateral para continuar con los mercados globales y el enriquecimiento de esta casta oligárquica internacionalista ,como demuestran los índices de Gini dentro de cada país, y que dispone la mayor parte de la riqueza mundial y aspira a más. Es curioso que las estadísticas reflejan una mejora de la desigualdad entre países continuada pero sin embargo se oculta en ella una desigualdad cada vez más pronunciada dentro de los mismos lo que denota que el mundo se va configurando en clases sociales cada vez más homogéneas en sus usos pero más distantes en sus rentas: el sueño marxista de la globalización proletaria y que esta forma de capitalismo aniquilador de las identidades y alienante puede conseguir. 

Veamos en que consiste la tan cacareada reforma. Inicialmente el Gobierno de Zapatero ,que no era proclive a ninguna por motivos puramente electorales como se ha demostrado no solo ideológicos pues sino ahora habría dimitido, ahora  esta evitando tener el coste electoral aparejado a la misma y para ello desea "quitar hierro" a la solicitada por los mercados (dícese Gran Burguesía u oligarquías del dinero internacionales) o al menos solo empezarla. Esa falta de carácter o electoralismo de "tres al cuarto" promete al menos dar un respiro a nuestra atribulada clase media. Sin embargo bien es cierto no parece vaya a solucionar los problemas de fondo. No todo es malo en la reforma eso primero hay que decirlo. Pero si su filosofía de fondo. Por ejemplo la indemnización para trabajadores temporales y su tipo de contratación mejora ostensiblemente en números absolutos al igual que las condiciones para pasar a indefinidos. Sin embargo eso es sólo un maquillaje sobre lo esencial. ¿Qué diferencia puede existir para un trabajador por cuenta ajena que apenas lleva el año de trabajo que le paguen 8 días de salario que 12 desde el punto de vista moral y de sostenimiento económico?. ¿En un sueldo de 1000 euros de que estaríamos hablando? Exactamente en torno a 133 euros de diferencia por año trabajado.

¿Por otro lado como se va evitar que por estos 133 euros (en el 2014 por cierto porque la subida de la indemnización es progresiva) no se produzca la incorporación fija y en cierto tiempo o con un fraude de Ley se incluya otro trabajador en contratación temporal obviando al primero?

Como vemos la parte de buena de la reforma apenas cambiará de manera importante la situación general de la mano de obra temporal e incrementará probablemente los contratos fuera de Ley al igual que la no consideración de las horas extras en el pago de las nóminas.

Por la parte negativa se reducen  los días de indemnización y por tanto se ataca el segundo factor de disminución de los costes laborales de las empresas, el coste de los despidos y su índice de coste fijo en el aparato productivo. Indudablemente esto es un lastre pero para las empresas pero también lo es una gestión indebida o temeraria, el fraude impositivo, un incremento desmedido de los márgenes empresariales por lucro con políticas de personal basadas en la temporalidad y  la baja formación a costa de la calidad de los servicios dados (que por cierto también elevan la inflación como las rentas de los trabajadores mantra siempre tan cacareado) y sin embargo eso no se persigue.

La disminución en días es significativa pues pasa de 45 a 33 en el caso del nuevo contrato para fomento del empleo que será el de uso generalizado a partir de ahora. Aquellos con contratos anteriores a la reforma seguirán disfrutando de los 45 días excepto en el caso del Estatuto de los Trabajadores contemplado para despidos procedentes que será de 20 días que no cambia aunque el problema aquí son los requisitos de la reforma que serán probablemente más flexibles permitiendo más casos de despidos por este motivo en función de las causas que se expliciten.

Esto supone por tanto un abaratamiento considerable del despido en la mayoría de los casos aunque no con la necesidad que requiere el sistema global por la terrible competitividad de la mano de obra . De ahí que los expertos la vean "descafeinada" .

Ahora bien el estado a donde se dirigen las economías occidentales es de una restricción cada vez mayor de derechos de los trabajadores por la propia naturaleza del sistema salvo que avancen antes los derechos de los trabajadores de aquellos países que hacen "dumping" social para elevar sus PIB para  conseguir estructuras industriales y tejido suficiente para generar valores añadidos mayores y colocarse como potencias emergentes. Si esto es lento o no se produce, el retroceso de la clase media en el mundo occidental será aun mayor, fruto tanto de la presión interna de los mercados de trabajo (inmigración, leyes laborales más flexibles,) como de la externa (desequilibrios de la demanda y la oferta en mercados globales , competencia, productividad....). Esta claro que seguirá produciéndose pero hasta cuando.

Dependemos de dos factores entonces, a saber cruciales, para salvación de la clase media y su cuota de poder político:

1)      Una revolución violenta o cívica de las clases medias  en los paises occidentales. Esto debería llevar  a una tendencia al intervencionismo selectivo y mayores dosis de proteccionismo para parar las sangrías de rentas y búsqueda de mercados cautivos de materias primas y producto terminado en el extranjero junto con un control de la especulación en los mercados de capitales y los paraísos fiscales.

2)      Una revolución tecnológica de nuevos mercados en Occidente (y que afecte a España de manera favorable con nuevos tejidos productivos o mercados complementarios). Esto podría venir de mano por ejemplo de los reactores de fusión o de la tecnología espacial o nuclear y de transporte fuera del petróleo. Apuntalaría la situación hegemónica de Occidente en la economía pero no disminuiría la sangría de clase media en los servicios no afectos a estos sectores tecnológicos la mayor parte del PIB. Posible salida con el  punto (1) también aquí.

3)      Una revolución de las clases más pobres y tituladas en países en desarrollo como China o India. Esto haría crecer las rentas disminuir los diferenciales salariales y por tanto atenuar la competitividad de los mercados de tecnología barata y bienes básicos importables. La solución menos mala de las posibles pero con un fuerte componente político, revolucionario y probablemente nacionalista.

Son tres pues la revoluciones que pueden salvar o atenuar la caída en desgracia de la clase media. Esa es el verdadero problema entre bambalinas en el teatro del mundo y del que depende todo . Esta reforma laboral solo es un granito de arena en el inmenso mar que debe moverse en España para que nuestra economía reflote en el modelo que se está siguiendo actualmente. La clave es el desarrollo tecnológico en las áreas que hablamos: energía nuclear, transporte alternativo al petróleo, desarrollo informático (en software y hardware), maquinaria  y  tecnología aereoespacial.

Ese cambio en la estructura productiva  no se ha hecho con los réditos del turismo y con las tremendas plusvalías en la última década en la construcción  que  podían haber sido reinvertidos (en los años 50, 60 y parte de los 70 se intentó en el franquismo con una economía semi-dirigida con fuertes inversiones en sectores como el nuclear , el eléctrico y el electrónico y las telecomunicaciones pero se abandono en la democracia).

Así que ese debería ser el reto de nuestros Gobiernos que han perdido la "Decada Dorada" para estas verdaderas reformas económicas  mientras nos ponen esta compresa envenenada.  Mucha más medicina haría falta como incorporar el control del fraude impositivo y una nueva legislación sobre márgenes empresariales, mercados y reinversión, junto con una garantía acumulable por los bancos por su responsabilidad social (ya nivel europeo si no la inversión se escapa es necesario llamar al patriotismo empresarial en estos momentos y si no obligarlo).

De eso realmente estamos hablando. Nos jugamos el futuro de las generaciones venideras.

O.D.


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