Ya llevamos practicamente dos meses y medio de aplicación de la reforma laboral. Los que el 29 de marzo hicimos huelga general cuestionábamos la bondaz de esta reforma laboral, que solo iba a provocar más desempleo, mientras el gobierno y los opinadores de pelaje neoliberal indicaban que iba a permitir salvar puestos de trabajo y ayudar a pasar la crisis a las empresas.
Bien, solo es cuestión de mirar la reforma laboral en un punto clave y que afecta realmente: la eliminación del control público y de la obligación de negociar los Expedientes de Regulación de Empleo. Aunque este dato es bastante críptico, tenemos la suerte que la UGT de Catalunya publica mensualmente un informe con los ERE de Catalunya y nos permite hacer comparativas.
Teoricamente el año 2012 debería generar menos personas afectadas por expedientes de regulación de empleo. Por ejemplo, el primer y segundo semestre del 2011 con respecto al 2010 bajó en un 6% el número de personas afectadas por expedientes de regulación de empleo.
Cada vez las empresas han purgado más los trabajadores de menor productividad y las empresas menos competitivas han ido desapareciendo. Teoricamente solo queda el “puro músculo” del mercado laboral y las empresas más competitivas. La destrucción de empleo ha de bajar su ritmo por el mero hecho de que hay menos empresas que liquidar y menos actividad que destruir. La misma tendencia que ha habido el 2011 de “se continúa destruyendo empleo y generando menos Expedientes de Regulación de Empleo” por el mero hecho demográfico de que hay menos empresas y empleos que destruir debería darse el 2012, a menos que alguien la cague y mucho (Merkel, por ejemplo).
En este caso los datos son apabullantes. La reforma laboral ha hecho crecer los expedientes de regulación de empleo alrededor del 70% y las personas afectadas en un 40%. Podríamos decir que esta reforma laboral tiene un claro efecto facilitador de cara al empresario para producir los ajustes que él quiere, algo que en principio hasta se podría pintar de bueno.. pero que si se hace sin negociar, sin que los trabajadores tengan capacidad de incidir y sin control administrativo es como dicen muchas voces, incluido el colegio de abogados, una barbaridad.
¿Y esto ha salvado empleos?
Ni mucho menos, la siguiente gráfica muestra que los expedientes de regulación de empleo han incrementado el número de personas que han perdido su trabajo por ellos… En estos dos meses ha aumentado prácticamente en un tercio el número de personas afectadas por ERE de extinción (o sea que son despedidos). La proporción de personas que son despedidas con respecto al total de afectados por un ERE, son del 21% en este período, el mismo porcentaje que en el 2011. Eso sí, son más porqué esta reforma laboral facilita el poder hacer ERE.
Lo cuál lleva a explicar una cuestión, es falso que la reforma laboral facilita el poder aplicar medidas menos traumáticas y buscar soluciones que no destruyan puestos de trabajo. La reforma laboral, en el ámbito de lo que son los expedientes de regulación de empleo, un acelerador de estos, incrementando en un tercio las personas afectadas y los despedidos.
¿Qué hubiera pasado sin la reforma laboral?
Sin esta reforma laboral, hubieran habido también ERE, y también hubieran habido despidos. Negarlo es negar que existe la crisis. Pero ¿a qué ritmo?, si el 2012 hubiera mantenido el mal ritmo de frenada (malo, realmente muy malo) del 2011 hubiéramos tenido un 6% menos de personas afectadas por ERE que en el mismo período del 2011. En lugar de eso se ha incrementado en un 33%, lo cuál indica que los afectados por ERE y los despedidos por ERE de extinción han son un 40% superior gracias a la reforma laboral.
En Catalunya esto representa que hay prácticamente 1.000 despedidos más gracias a la reforma laboral, solo en la forma de ERE de extinción y en Catalunya, que hoy trabajarían, cotizarían, consumirían y vivirían algo más tranquilos. Una pequeña explicación a porqué los meses de Abril y Marzo de este año (típicos donde se genera empleo) han sido en los que menos desempleo se ha reducido.
Y esta es solo una de las pequeñas minúsculas que la reforma laboral introduce para destruir empleo y debilitar la posición de los trabajadores en el mercado laboral.