La rehabilitación del juez Vidal

Publicado el 19 marzo 2019 por Cronicasbarbaras

Inhabilitado tres años por ser el principal redactor de la Constitución de la frustrada República Catalana, el magistrado Santiago Vidal i Marsal, de 64 años, podrá volver a juzgar a los españoles que tanto detesta, y que le llevaron a prohibir en ese documento cualquier partido u organización españolista en la nueva Cataluña.

Vidal sometía a sus paisanos a controles gubernamentales de su vida, conducta y propiedades; controles que podría llegar a ser, dados los poderes de la Generalidad, como los de Corea del Norte.

Santiago, Santi, Vidal es hijo de un militar; también muchos separatistas descienden de o fueron falangistas y franquistas, sobre todo los alcaldes de CiU, que lograron aparecer después como enemigos acérrimos de quien sirvieron fielmente.

Así, los antepasados de Puigdemont o del juglar Luis Llach, eran entusiastas Guardias de Franco: deben echarlo en falta porque sin él España no les interesa. 

El juez Vidal no procede de la carrera judicial, sino del cuarto turno, una fórmula creada al inicio de la democracia por los socialistas ante el déficit de profesionales de entonces, seleccionándolos principalmente entre abogados y otros profesionales progresistas.

Y Vidal era uno de los más progresistas, al extremo de que hasta los jueces de carrera de la asociación Jueces para la Democracia –hoy Jueces y Juezas—lo nombraron portavoz.

Con la reducción acelerada de la presencia del Estado en Cataluña era ventajoso acercarse al nacionalismo, que participa en la elección de estos árbitros, y Vidal se convirtió enseguida en el más separatista de todos: de ahí que le encargaran su Constitución.

Cumplida su inhabilitación, el gobierno de los jueces (CGPJ) retardaba su readmisión, pero el Tribunal Supremo le ha dado vía para que vuelva a juzgar a quienes tanto desprecia: como caigamos en sus manos...

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