La reina de África: Kenia

Por Rafael @merkabici

La variedad de reservas y parques nacionales de Kenia brinda paisajes diversos siempre bajo la mágica luz africana. La monotonotía no existe en los safaris por sus entrañas: cada uno acoge sus propios animales salvajes, su propia vegetación. Pasen y vean los diferentes hogares de la fauna más copiosa y deslumbrante.

1. Parque Nacional de Nairobi: Si no fuera porque está cercado en las partes colindantes con Nairobi, no sería raro encontrar una jirafa a las puertas del Museo Nacional o toparse con un rinoceronte merodeando por el City Market. Es lo que tiene encontrarse a tan sólo un cuarto de hora en coche del centro de la capital. Por eso este hermoso parque nacional, el primero que se creó en Kenia en 1946, ofrece una imagen única: una naturaleza salvaje recortada por un fondo de rascacielos y atravesada por los aviones que aterrizan en el aeropuerto Jomo Kenyatta. Una cercanía a la civilización que, sin embargo, no resta en un solo ápice las posibilidades de admirar la fauna. Pese a estar un tanto denostado en comparación con otros parques, en el de Nairobi pueden verse fácilmente gacelas, cebras, ñus, jirafas, avestruces, búfalos, leones... y al ser una mezcla de sabana y pantano, también rinocerontes negros y más de 550 especies de aves. Los elefantes, eso sí, abandonaron la zona hace tiempo.

2. Parque Nacional de Amboseli: Puede que al pensar en un safari en Kenia le venga a la mente esta imagen: una familia de elefantes pastando plácidamente en las inmediaciones de un lago, y al fondo, el marco imponente de la montaña más alta de África, el Kilimanjaro, siempre con nieve en su cumbre. Esta imagen está en Amboseli, uno de los parques nacionales más maravillosos de Kenia, a pesar -o precisamente por ello- de ser uno de los más visitados. Son los remolinos de polvo (amboseli en swahili) que a menudo salpican el paisaje los que dan nombre a estos casi 400 km2 de un terreno que es preeminentemente árido, pero en el que la vegetación irrumpe como un milagro gracias a los manantiales que se filtran desde la falda del monte tanzano. Cuando esto ocurre, los animales se concentran en sus inmediaciones, por lo que no resulta difícil ver búfalos, gacelas, ñus, cebras... que atraen a su vez a grandes depredadores como leones o hienas manchadas. Y por supuesto elefantes, los grandes reyes de Amboseli, que rozan la sobreabundancia. Su insaciable apetito -pueden engullir hasta 150 kilos de vegetación diaria- supone una amenaza para el parque, como lo es también la salinidad de las aguas y la escasez de lluvias. Por ello conviene no descuidar esta visita, que es aún un prodigio de la naturaleza. Imprescindible: el atardecer. Pensará que es una postal.

3. Reserva Nacional de Samburu: Y de pronto, otro paisaje, otra tribu, otra fauna. Emplazada al norte de Kenia, la Reserva Nacional de Samburu es una joya de especímenes únicos cuya pecualiaridad rompe, si es que la había, la monotonía de los safaris africanos. Porque aquí, además de la tribu de los Samburu -emparentada con los masai, pero con una estética y filosofía diferente: no trata de imponerse a otras etnias-, encontramos agua en abundancia: la del río Ngiro, que parte en dos el territorio, dejando al otro lado la reserva de Buffalo Springs, con la que hace las veces de frontera. En sus orillas crece una vegetación exuberante que contrasta con el desierto semiárido de las zonas más alejadas, donde se sucede la sabana abierta plagada de arbustos y bellas acacias. Pero Samburu es ante todo un paraíso para los amantes de los animales salvajes. Y ello porque es el hogar de los 5 grandes de Samburu: la cebra de Grevy, la jirafa reticulada, el oryx de Beisa, el avestruz de Somalia y el gerenuk. El encuentro con todos ellos está garantizado. El del leopardo, aunque no tanto, también: caza junto al río y descansa no muy lejos de sus orillas, en las copas de los árboles.

Si deseas admirar con tus propios ojos tanta belleza, entra en nuestra web www.encuentraviaje.com y accede a las mejores ofertas para viajar a Kenia.