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Por fin, he acabado de leerme El Conde de Montecristo, al cien por cien recomendable. He logrado luchar contra las 1.138 páginas de las que se compone y ¡he vencido!
Aviso: No se parece en nada a la película de Gerard Depardieu, aunque sea una de mis preferidas. El final de la película se lo han inventado de cabo a rabo, ¡menuda sorpresa!
Ahora soy libre de comenzar una nueva historia, hay varias opciones:
-El gran Gatsby
-La hija de Robert Poste
-Fahrenheitn 451
-Juicio y sentimiento
-Orgullo y prejuicio
-Corazón de tinta
- La creación
Todos conocéis mi gusto por Jane Austen, así que mi decisión está tomada... Orgullo y prejuicio, ¿a quién quería engañar? Jane Austen es Jane Austen y será siempre, para mí, la reina del romanticismo romántico, como ya expliqué en mi post Anhelos y fantasía.
Aquí va el "Diálogo de película IV": Conversación entre Darcy y Elisabeth de Orgullo y prejuicio.
- Ardientemente. Por favor, le ruego que acepte mi mano.
- Señor, yome hago cargo de la lucha que ha mantenido y lamento mucho haberle hecho sufrir, créame que no ha sido deliberado.
- ¿Esa es su repuesta?
¿Qué fémina en su sano juicio no moriría con una declaración así dejando estallar todos los botones de su corsé por la emoción?, aunque desde mi punto de vista, por muy romántico que sea el señor Darcy, es un perfecto majadero y Elisabeth lo sabe, pero, claro, "un chico duro de pelar siempre consigue a las damiselas locamente enamoradas de él por muy mal que las trate." Esta penosa filosofía machista también se lleva a cabo hoy en día, en esto Jane Austen no nos descubre nada nuevo.
Elisabeth se resiste a sus encantos porque tiene un orgullo que salvar, aunque se muere por sus huesitos y Darcy, tendrá que llevar a cabo una segunda declaración de amor- con la consabida carta romántica (haciendo referencia a mi otro post: CARTAS)-, para conseguir que, de una vez por todas, Elisabeth abandone del todo sus prejuicios hacia él. Todos sabemos que al final acaban juntos y que ella seguirá para siempre locamente enamorada, él transfigurará milagrosamente su alma y se convertirá en amante y fiel esposo y padre ejemplar.
¡Me encantan estas historias y además, me apetece un poco de romanticismo austeniano después de tan ardua y cruenta venganza! ¡Todo es propicio!
Tendréis noticias mías.
Andiamo.