Los personajes siguen siendo tan llanos como en las entregas anteriores, las intrigas son tan rizadas que me han agotado, tanto espía me ha cansado, aprovecho para decir que no me gustan en absoluto las novelas de espías, y que seguramente, eso ha sido un gran handicap al leer esta novela.
En general, las tres entregas están bien. Pero están bien, para mi gusto, si no exiges demasiado como lector, y no hablo de leer a Proust o Faulkner, hablo de percepción, sentimiento, placer, picardía, fluidez…Yo no he sentido nada de eso en las tres entregas, solo he sentido como pasaba el tiempo. El problema, en mí, a sido que me daba absolutamente igual leer la tercera entrega, que mirar por la ventana. Mi mujer me regalo la primera entrega, la segunda entrega me la regalo un compañero de trabajo, y esta tercera entrega me la ha regalado mi padre, junto a un -léetela rápido y me la pasas-. Aún suerte que no me he dejado dinero en ellas. Se podría decir que la he leído casi por puro tramite, para no andar el resto del año con la novela en el montón de pendientes y mi padre recitando un –¿la has leído ya?-
La trilogía ha cumplido con una buena misión; ha hecho leer a un montón de gente que normalmente no lo hace, o que no lo ha hace nunca, y eso ya es una noticia, todo un logro.