Lo que la trilogía Millenium hizo en el mercado
“Lisbeth Salander abrió los ojos al percibir un débil sonido raspante en el pasillo. No pudo identificarlo, pero sonaba como si alguien estuviera arrastrando algo con mucho cuidado. Por un momento se hizo un silencio absoluto y se preguntó si no serían imaginaciones suyas. Al cabo de un minuto o dos volvió a oír el sonido. Se iba alejando. La sensación de inquietud fue en aumento, Zalachenko estaba ahí fuera.
Entretanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder del poderoso periódico Svenska Morgon-Posten, Mikael se siente muy solo. Quizás Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que están tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth.
Dicen que cuando Stieg Larsson falleció ya había comenzado a escribir la cuarta novela de Millenium. En cualquier caso, La reina en el palacio de las corrientes de aire es el último de la trilogía y, aunque deja algunos cabos secundarios sueltos, la historia queda bien cerrada. Podría haber habido más casos, más investigaciones entre Lisbeth y Mikael, pero la historia de la chica del dragón tatuado se cierra de tal manera que para mí, en realidad, toda la trilogía trata de Lisbeth, de su pasado, de cómo éste está tan presente en su vida actual, en lo que la ha convertido. Aunque Los hombres que no amaban a las mujeres es el título del primer libro podría ser perfectamente la frase que resume toda la trilogía ya que en este tercer libro queda más patente que el poder, el odio, la superioridad que sienten muchos hombres hacia las mujeres son las claves de la trilogía Millenium.
Aunque el segundo libro me decepcionó bastante, reconozco que sus últimas páginas tienen un ritmo trepidante, cosa que hace que el comienzo del tercero, inmediatamente después de los sucesos del segundo, recoja ese buen ritmo. Sin embargo me ha dado la sensación de que a lo largo de la novela el ritmo es bastante desigual. Hay escenas en las que no puedes dejar de leer, y otras en las que las descripciones llegan a un punto que te hace plantearte en abandonar el libro. No me malinterpretéis, me gustan las descripciones siempre y cuando las veo justificadas, pero conocer la vida de personajes que sólo van a salir en el libro durante 25 (o menos) páginas, pues no. El estilo del autor no deja de ser entretenido, pero ha habido partes que yo hubiera suprimido.
Y ya para acabar y cerrar la trilogía Millenium diré que reconozco el gran éxito del primer libro, pero me cuesta entender el del resto. Han sido libros más lentos y pesados aunque la historia haya sido interesante. Supongo que ellos vieron algo que yo no he visto, en la historia o en la pluma de Larsson. De todos modos, no me arrepiento de haberla leído, la idea general es muy buena y te abre la mente a otro tipo de violencia de la que ya conocemos.